2008/06/20
Vuelve la España de Frascuelo y de María
En estas últimas fechas se está dando tal confluencia folclórico-taurina que las ganas de vivir alejado de la España cañí que nos ha tocado en suerte se acrecientan por segundos. La vuelta a los ruedos del torero metafísico, intelectual y temerario José Tomás, ha servido para que hasta los círculos más descreídos encuentren en la lidia de un bello animal como el toro, motivo de algazara. Escritores, filósofos y cantantes de tronío se derriten ante la maestría del diestro, heredero del gran Manolete.
Esta es la modernidad que nos trae el régimen de Zapatero. El reformador, el discípulo aventajado de Petit, el de la ciudadanía, nos devuelve a la España de Frascuelo y de María que denostara Machado, uno de los pocos que se salva de la quema.
Pero el regreso de Tomás no es nada, comparado con la epopeya de la Armada Invencible en el campeonato de balompié de Austria y Suiza. La "roja", como llaman los locutores del nacional-carpetovetonismo a la selección española de fútbol, puede ganar la Eurocopa, Dios no lo quiera, y sumirnos en una campaña de españolismo jamás conocida desde los tiempos del Cid Campeador.
Viendo esos reportajes de ambiente en el que individuos disfrazados de toreros o cosas parecidas se dedican a gritar estupideces del calado de "A por ellos" o "Vengaremos a Luis Enrique", me producen tal rechazo que estoy dispueto a ponerle una vela a la Virgen para que Italia derrote a la "roja", aunque sea por uno a cero en el último minuto de la prórroga.
Y digo individuos, pero habría que extender el comentario a muchos periodistas, que en vez de informar, que sería lo suyo, se dedican a excitar a las masas con esloganes guerreros, violentos y hasta xenófobos, en una demostración de ignorancia y fanatismo sin precedentes. ¡Si hasta Matías Prats era más comedido que los locutores de la Cuatro!
Tan sólo de imaginar lo que nos puede venir encima este verano si alcanzan la meta, me entran escalofríos. Lo del Chiquilicuatre aquél no va a ser nada para lo que se avecina.
En definitiva, que uno no puede estar tranquilo ni en verano. El asedio por tierra, mar y aire de este ejército de patriotas futboleros es la mejor prueba de que debemos caminar hacia otro lado cuanto antes. Dicen que en el 2012 estaría bien, pero yo no sé si podré aguantar otros cuatro años
con tanta corrida de toros y tanto fútbol rojigualda.
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