2008/06/23

Mojarse el viernes


Estamos en una semana en la que parece imprescindible mojarse. Y yo lo voy a hacer, y no precisamente en la piscina de Angel Villar, el presidente de la Federación Española de Fútbol, ni en la de José Luis Astiazaran, presidente de la Liga de Futbol Profesional. Dos vascos al frente del fútbol español y ¡olé!. Qué bonito. Luego me cuentan que hay chavales euskaldunes que gritan los goles de España como locos. Sólo falta que ganen a Rusia y sean campeones de Europa. A ver quién es el guapo que les aguanta.

Pero hoy no voy a escribir de fútbol, sino de la Ley que habilite la consulta de Ibarretxe Malkuartu que se discute este viernes en el parlamento de la Navarra Occidental, a la que algunos llaman CAPV, como si fuera una compañía de seguros de automóvil.

Resulta que después de cocinar el guisado en su txoko de Laudio, por la parte de Larrazabal, supongo, Ibarretxe Malkuartu se encuentra a la espera de lo que voten las diputadas de EHAK. Es fantástico que toda la responsabilidad recaiga ahora en unas parlamentarias marginadas casi siempre y cuyo partido se haya en vías de ilegalización. ¡Vaya morro!

Estos jelkides de tres al cuarto, que son incapaces de dar un paso al frente en las ocasiones decisivas, se refugian en los demás para escabullirse de sus propias responsabilidades. Y hay que decírselo desde la mañana a la noche. Su falta de definición respecto al futuro del país está siendo uno de los mayores déficits con los que nos encontramos quienes hace tiempo apostamos por la soberanía de este país, llámese como se quiera, que ya no estamos para perder el tiempo discutiendo sobre nombres, banderas y otras menudencias.

Podría seguir criticando a los dirigentes de PNV, EA, Aralar y compañía. Pero uno está ya también cansado de acusaciones y contracusaciones de uno y otro lado. Algún día habrá que ajustar cuentas, pero no creo que éste sea el mejor momento. Además, quienes somos conocidos como la "secta del no", como es mi caso, tenemos unas enormes ganas de, por una vez, dar un sí.

Y a eso voy. No tengo ni la menor idea de lo que votarán las parlamentarias abertzales el próximo viernes, pero yo tengo muy claro que a la Ley que vehiculiza la consulta doble de Ibarretxe Malkuartu hay que decirle sí, aunque las preguntas pergeñadas para la misma sean más enrevesadas que los contratos de los hermanos Marx. Y hay que decir sí porque este pueblo necesita mirar hacia adelante y buscar soluciones entre todos. No podemos seguir toda la vida perdiendo oportunidades. Ya sé que las posibilidades de que se haga la consulta son mínimas, que Madrid la va a parar, pero si ese es el principal argumento, no me vale. Madrid que haga lo que quiera, que nosotros tenemos que hacer lo que mejor nos parezca. Si el parlamento autonómico dice sí a un acuerdo y al derecho a decidir, con todas las limitaciones que tiene el proceso, creo que se debe dar el voto afirmativo.

Otra cosa es que quienes plantean la consulta se arrugen al día siguiente. Es su problema. Quienes creemos en una Waskonia soberana debemos exigir la misma mañana del 28 que se celebre la consulta, y a ser posible en todos los territorios. Ese debería ser nuestro compromiso. Y si no se puede hacer de forma oficial/legal, hacerla en las plazas y frontones de Euskal Herria, en los batzokis y arranos, aunque sea con papeletas recortadas del periódico, pero hacerla. El 25 de octubre o en la fecha que se convenga. Al menos, para que Europa observe que al pueblo más viejo del continente le sigue latiendo el corazón.

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