La modernidad de Bilbao en entredicho

La sociedad Bilbao Ría 2000 ha hecho un trabajo impresionante para colocar a Bilbao en la lista de ciudades de moda. La capital vizcaina ha pasado de ser una urbe gris, plomiza, con un smog insalubre y una ría muerta, a otra muy diferente, con edificios emblemáticos, zonas peatonales y mejoras generalizadas, especialmente en el centro, todo hay que decirlo.

El "efecto Bilbao" empieza a estudiarse en universidades y escuelas de negocios, asociado al Guggenheim y el alcalde no para de ganar elecciones pese a su política impresentable. Sin embargo sucesos como el ocurrido hoy, con la ciudad sin suministro de agua, pone de nuevo sobre la mesa la verdadera realidad bilbaina. Tal vez se ha tratado todo de una operación de maquillaje que no ha atajado los males de las arterias principales, como es el caso de la red de abastecimiento de agua.

Depósitos de agua de casi cien años, como el de Elejabarri, suponen un evidente riesgo, como se ha demostrado. Quienes trabajan en el servicio de aguas conocen perfectamente el estado defectuoso de muchas infraestructuras. Es cierto que ha medida que se han levantado calles para la realización de reformas puntuales se ha abordado la sustitución de tuberías obsoletas, pero se ha carecido de un plan global de modernización de la red, como se ha podido comprobar en casi toda la villa, especialmente en Errekaldeberri.

Lo ocurrido con los semáforos de Basurtu no hace tanto tiempo o con las obras del paso elevado son muestras de que los piropos recibidos no responden a un análisis preciso de la situación. Queda mucho por hacer, como la mejora de las aguas de la ría, una estación de autobuses digna o la reforma de barrios periféricos. Azkuna no puede dedicarse a recoger flores mientras se marchita el jardín.

La verdadera dimensión de la modernidad de una ciudad se mide, entre otras cosas, por la eficiencia de los servicios públicos, en este caso el abastecimiento de agua. Resguardarse en el brillo del titanio o en el emplasto rojo del puente de La Salve es una opción, pero a la larga conduce al fracaso.