El artículo firmado por Josu Jon Imaz, presidente del PNV, en la edición de hoy de "El País" es la mejor muestra de la deriva política de este dirigente jelkide, que desde que dirige el partido está empeñado en poner toda su artillería contra la izquierda abertzale, mientras practica las amistades peligrosas con Zapatero y Rajoy.
Cualquier militante del PNV que se sienta mínimamente abertzale estará hoy ofendido e incluso avergonzado por el artículo, que muy bien podía venir firmado por Joseba Arregi y, si me apuran, por Aurelio Arteta, habituales colaboradores del diario de Prisa. La verdad es que me aburre seguir insistiendo en la línea política del PNV, pero es que no queda otro remedio.
El texto, "Bases comunes frente al terror", podría servir perfectamente de hoja de ruta a Mariano Rajoy cuando entre en la Moncloa o a ZP mientras aguante en esa residencia. No tiene desperdicio. Es más, incluye la graciosa profecía de una explosión interna en la izquierda abertzale que la dejará anulada para siempre. Ya conocemos las virtudes adivinatorias de Josu Jon -¿o es Jesús Juan?-, falta ahora saber la reacción de ese supuesto, más bien virtual, partido de Egibar, más preocupado en tapar los agujeros que la corrupción y la inoperancia les está ocasionando, que en defender una línea abertzale en el partido.
Si quienes se dicen soberanistas tragan con ese ejercicio de españolismo rancio vertido hoy en la página 15 del diario de Polanco, no se dan por aludidos, que vayan cavando su tumba política, porque todos entenderemos que asumen el disparate. Ojalá me equivoque, pero me temo lo peor.
Imaz se atreve incluso, en su inconsciencia de alquimista antiterrorista, en parafrasear una frase histórica del lehendakari Agirre dirigida a los alzados en armas contra la República, esto es los franquistas, para dedicársela en esta ocasión, cambiándole absolutamente el sentido, a los abertzales de izquierdas. "Os decimos con entera lealtad: hasta vencer al fascismo, el patriotismo vasco, el nacionalismo vasco, seguirá firme en su puesto".
La presunta valentía de Imaz haciendo este juego de palabras no es sino supina desvergüenza. Que sea precisamente él quien hable de patriotismo vasco es todo un atrevimiento. Él, que hoy mismo ha mandado a sus concejales de Ondarroa ocupar los escaños y la alcaldía que no habían ganado con los votos del pueblo, sino con la Ley de Partidos española. Menos mal que éstos, ellos sí patriotas vascos, han renunciado a cumplir la orden de Sabin Etxea. Esa es la línea que puede llevar a la colaboración y, en definitiva, a la victoria sobre la doble imposición española y francesa que sufrimos en Euskal Herria. Todo lo demás, guste o no guste, son maniobras de distracción para ocultar la realidad: El PNV sufre una grave enfermedad que Imaz no ha hecho sino acrecentar. O los abertzales que aún se mantienen dentro asumen su responsabilidad o muy pronto habrá que dejar de considerarle como partido abertzale, aunque sea tibio.
PD: Los responsables de "El País", no contentos con utilizar el texto de Imaz contra la resistencia vasca, le humillan al insertar el artículo como un mero faldón de la tribuna principal, dedicada en esta ocasión al filósofo nacido en San Sebastián Fernando Fernández Savater, que trata con su habitual exquisitez de la carrera de caballos conocida como "Derby de Epsom". Zorionak Josu Jon.
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