2022/10/07

Vista a la derecha

Existe una ley no escrita que viene a justificar, con el paso de los años, el deslizamiento ideológico de muchas cabezas pensantes de la izquierda  hacia la derecha, Cuanto más izquierdista se ha sido en la juventud, más derechista te conviertes en la madurez o en la vejez, La última columna escrita por Fernando Fernández-Savater en el diario "El País" de Madrid, Europa en vilo por Meloni, en la que viene a dar la bienvenida a la neofascista Giorgia Meloni, es el último ejemplo de este fenómeno sociocultural. 

Jon Juaristi. Foto: Wikipedia

Savater ha pasado de ser un anarquista inclasificable en los años ochenta del pasado siglo, a sostenedor del PSOE progre de FG, luego fundador de la plataforma Basta Ya!, posteriormente creador de la UPyD, y ahora filofascista de libro, haciendo bromas con la llegada al poder en Italia de personajes como Matteo Salvini. Ha recorrido todo el arco político sin inmutarse, como buen amante de la hípica que es. 

Pero el del filósofo no es un caso único, ni mucho menos. Eduardo Uriarte Romero, más conocido como Teo Uriarte, fue miembro de la organización clandestina ETA, existen hasta pruebas gráficas empuñando armas. Luego fue uno de los fundadores de Euskadiko Ezkerra (EE), partido que abandonó para ingresar en el PSOE. Posteriomente entraría en la Fundación para la Libertad, junto a Nicolás Redondo hijo y Edurne Uriarte, manteniendo posiciones extremas en todo lo relacionado con el conflicto político vasco. 

Otro de los ejemplos paradigmáticos de esta evolución ideológica es la del escritor Jon Juaristi Linacero, bilbaino, ahora residente en Madrid. Intelectual reconocido, se integró en ETA en 1967, pasando por ETA VI y luego por el PCE-EPK. Más adelante ingresaría en el PSOE, para posteriormente situarse en el Foro de Ermua. Es miembro del patronato de la Fundación DENAES impulsada por Santiago Abascal, entidad afín al partido ultraderechista Vox. 

Podemos continuar enumerando trayectorias similares, como la protagonizada por Edurne Uriarte Bengoetxea, nacida en Fruniz, quien a finales de los años setenta, estudiante en la Universidad de Leioa, se confesaba como simpatizante del partido HASI, integrante del bloque KAS y vanguardia de la izquierda abertzale. Posteriormente evoluciono hacia el PSOE vasco, entrando en su ejecutiva. Más adelante dejaría ese partido por la falta de contundencia en la política antiterrorista y se integraría en Basta Ya! y en la Fundación para la Libertad. Columnista del diario ABC, forma parte del Partido Popular. Entre sus libros se encuentra el titulado Diez razones para ser de derechas.

Otra mujer, Rosa Díez González, es un buen ejemplo de la deriva derechista de tantas gentes inicialmente de izquierdas. Nacida en Sodupe, Rosa se fajó en la UGT de la Administración Pública, continuando la tradición sindicalista de su padre, y luego entró en el PSOE, partido del que fue concejala en su municipio natal. Hizo carrera política en ese partido, del que fue consejera de Turismo en Eusko Jaurlaritza. Llegó a presentarse a las primarias para liderar el PSOE, pero obtuvo un pobre resultado. Sus desavenencias con la dirección la llevaron a abandonarlo y a fundar UPyD, partido que acabaría devorado por la irrupción de Ciudadanos. En la actualidad es una francotiradora en redes sociales, manteniendo posturas lindantes con la ultraderecha.

Juaristi teoriza la evolución diciendo que eran gentes que provenían de una tradición familiar nacionalista vasca, que les llevó a entrar en ETA en los sesenta, en la extrema izquierda en los setenta y en la socialdemocracia en los ochenta, para posteriormente abrazar el pensamiento liberal-conservador. En su caso así es, aunque hay casuísticas diferentes. Hay que decir que no es un fenómeno que atañe solo a Euskal Herria, sino que se trata de un fenómeno amplio, con ejemplos como los de Mario Vargas Llosa, Fernando Sánchez-Dragó, Albert Boadella o Ramón Tamames, sin olvidar al ex militante de los GRAPO Pío Moa.

Admitiendo que con el paso de los años el alma revolucionaria de la juventud se va moderando y acompasando con la realidad, la trasmutación ideológica de estos personajes, feroces izquierdistas con veinte años y aguerridos derechistas con sesenta, es digna de un estudio antropológico de calado. O sus posturas juveniles eran impostadas o son meros protagonistas de un ejercicio de camaleonismo político digno de mejor causa.

Pasar del anarquismo iconoclasta o la militancia en ETA a la defensa de ideas de la derecha más ultramontana tiene que obedecer a una especie de patología política a estudiar en un futuro en las facultades universitarias de ciencias políticas. ¿O se trata de mero oportunismo en busca de regalías en los pesebres de la derecha más castrense? ⧫




 


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