Quede claro que no tengo absolutamente nada contra Roman Polanski. Tampoco a favor, la verdad, pero lo tomo como un ejemplo de la hipocresía que recorre este mundo nuestro. No pretendo hablar de cine en esta entrada, ni entender de arte tan vaporoso. Lo que digo es que si en vez de Polanski, afamado cineasta, el abusador confeso de una niña de 13 años hubiera sido un vendedor de helados o un representante de baterías Tudor, ningún pope del séptimo arte hubiera dado su firma a un manifiesto pidiendo su puesta en libertad.
No se trata de ánimo de venganza, ni de espíritu justiciero, sino de que se haga justicia, pese a los años transcurridos. ¿No nos ponemos llorosos pensando en que Garzón iba a empapelar a Franco y sus esbirros? Pues eso. El polaco Polanski, con pasaporte francés, se abrió de Hollywood por el turbio asunto de sus abusos sexuales a una menor. Así de crudo. Que luego no me vengan estos cineastas de pro hablándome de la igualdad de la mujer y de la aborrecible violencia de género, porque no les creeré una palabra.
Más información:
La ciudad de Los Angeles contra Roman Polanski - Beatriz García [soitu.es]
Directores, actores, escritores e intelectuales se movilizan por Polanski - [elconfidencial.com]
Le cinéma soutient Roman Polanski - [sacd.fr]
Otra opinión:
Polanski - Enric González [el pais.com]
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