2010/05/25

Diferencias y convergencias

 Los firmantes en el acto de Beasain.

Una treintena de personas de muy diversos ámbitos e ideologías han firmado el llamdo Manifiesto de Igartza, a iniciativa de Nazioen Mundua, un colectivo nacido en Idiazabal y extendido al Goierri, que impulsa el derecho a la autodeterminación. Se trata de un ejemplo de colaboración entre diferentes, en pos de un objetivo común, y por tanto demuestra con los hechos que esa colaboración es posible si el trabajo previo se realiza en la forma debida.


A veces, demasiadas, cualquier atisbo de colaboración entre las diversas ramas del llamado abertzalismo, desde el más institucional hasta el que custiona el actual sistema socio-económico, son glorificadas en una especie de canto a la unidad original de los vascos. Es un idealismo trasnochado que no conviene hacerlo trascender de las sobremesas familiares. Es radicalmente falso que haya existido una unidad consustancial a los vascos. En lo que se conoce de la historia de los vascones o navarros, siempre ha habido luchas intestinas, tanto entre quienes pugnaban entre sí por privilegios de poder o económicos, como entre quienes más tenían y los que más necesitaban. Dibujar el pasado de Euskal Herria como una especie de paraíso perdido puede resultar estimulante a la hora de escribir un cuento de hadas, pero no se atiene a los hechos.

Por lo tanto, el ejemplo del Goierri hay que situarlo en su justa medida, como un paso interesante, que podría extenderse a otras comarcas y otros ámbitos. A pequeña escala, representa el gran círculo de los ciudadanos que defendemos el derecho a la autodeterminación del pueblo vasco, un círculo en el que se encuentran no sólo todos aquellos que se consideran abertzales, sino otros ciudadanos que, a fuer de demócratas, reconocen ese derecho básico de los pueblos.


Cuando se escribe sobre el llamado Polo Soberanista, ciertos analistas confunden deseos con realidades, y mezclan las cosas. Insisten, además, en que se trata de arrinconar al PNV mediante la puesta en marcha de un proyecto político alternativo que le dispute la hegemonía política. Creo que no es exactamente así. Quienes llevan ya tiempo dándole vueltas al Polo Soberanista, intentan en primer lugar agrupar a todos aquellos ciudadanos y agentes que se consideran soberanistas y de izquierda, que defienden un programa progresista y transformador, que no se quede en un mero maquillaje de la realidad existente. Ese bloque tendría por si sólo una evidente operatividad politica e institucional en nuestro país, con los consabidos matices en virtud de los distintos territorios. Y si en el camino es capaz de lograr la hegemonía política, miel sobre hojuelas.

Ahora bien, en el momento en que se ponga en cuestión el marco jurídico-político actual y se intente rebasarlo, mediante el democrático ejercicio del derecho de autodeterminación, o derecho a decidir, habrá que contar con ese gran círculo del que hemos hablado al comienzo del comentario, en el que se situarían todos aquellos agentes y personas decidos a llevar a Euskal Herria a un estadio superior en el ámbito de la soberanía. Ahí estarían los impulsores del Polo Soberanista y otros agentes como el PNV, Hamaikabat, sectores de la izquierda estatal, agrupaciones profesionales, asociaciones de base, clubes deportivos, etc.

Una cosa no quita la otra. Nadie debe renunciar a sus principios políticos fundamentales en aras a unanimidades forzadas. Ese no es el camino. Lo decisivo es que cada agente sepa dilucidar su posición estratégica de fondo de las unidades de acción que se pueden establecer en momentos puntuales, pero eso sí, determinantes. En esas coyunturas nadie va a sobrar y todos podrán aportar desde el respeto y la pluralidad.

2010/05/14

Sólo le queda EH

 José Luis Rodríguez Zapatero.


La inverosímil política de Rodríguez Zapatero ante la crisis económica ha caído abatida por la realidad del capitalismo salvaje que nos rodea. Los círculos financieros internacionales que residen en Wall Street, la City londinense o Frankfurt han dictado sentencia. Los mismos que pusieron en peligro el sistema financiero mundial hace dos años, disparan ahora contra las economías de Grecia, Portugal y el Estado español, y pronto lo harán contra la Gran Bretaña de Cameron&Clegg.

Los Estados han perdido hace tiempo la iniciativa económica y se muestran dominados por el club de las grandes finanzas internacional. Que no son especuladores, sino simplemente capitalistas que se rigen por la regla básica de su ideología: la búsqueda del máximo beneficio en el menor tiempo posible. A ello ha contribuido el avance tecnológico de los últimos años, que permite las transacciones planetarias on-line.

Pero no voy a escribir de economía, sino de Zapatero. Un político de recorrido corto, especialista en leer encuestas y sondeos, al que el advenimiento de la crisis le ha dejado sin aire. Primero intentó negarla, hablando de desaceleración momentánea, luego la aceptó sin tomar medidas y al final, presionado y sin convicción, anuncia recortes, que seguramente no serán suficientes patra calmar a los insaciables mercados, que son quienes dictan las leyes económicas hoy en día.

Ahora que el PIB comenzaba a crecer, aunque fuera una mísera décima, el tijeretazo volverá a enfriar los síntomas de recuperación, retrasando el despegue hacia niveles de crecimiento que permitan la creación de empleo. Con los índices de desempleo actuales, ese debiera ser el objetivo básico del Gobierno español, pero parece que ha quedado relegado a un segundo plano. En resumen, que sin descartar un posible adelanto electoral, lo cierto es que Zapatero tiene muchas dificultades para ofertar una candidatura potente cara al 2012. Descartado cualquier alivio en 2010 y con un 2011 presa de la incertidumbre, las posibilidades de reelección disminuyen sensiblemente.

Eso sí, el presidente del Gobierno español tiene un conejo escondido en su chistera. Un conejo que tan sólo Jaime Mayor Oreja, desde su invisibilidad política, se atreve a mencionar. El conejo se llama Euskal Herria y consiste en la implementación de un nuevo escenario político que lleve aparejado el fin de la actividad armada de la organización clandestina ETA.

La actual estrategia de negación de cualquier tipo de diálogo con la citada organización y el no reconocimiento de los cambios que se están produciendo en la izquierda independentista y en su política de alianzas, puede dar paso en el próximo futuro a una readecuación que posibilite un acercamiento de posturas. La historia nunca está escrita, se escribe día a día.

Es probable que tras el atentado de la T-4, Zapatero no esté preparado mentalmente para abordar un nuevo escenario de riesgo y prefiera seguir a la expectativa por un tiempo. Pero también sabe que una de las pocas oportunidades de que él y su partido retengan La Moncloa otros cuatro años pasa por vender a la opinión pública la imagen de hombre de Estado que ha resuelto para una o dos generaciones el llamado conflicto vasco. Es posible que este mismo fin de semana empiece a pensar en ello.

2010/05/05

Tempos y flores

Vista de Burtzeña. www.barakaldo.denbora.org

"Es mayo, Santurce sufre que sufre,
ha muerto ya Barakaldo.

Mayo de flores sin flores,
mayo cornudo, castrado."
"Somorrostro"



Un amigo de Ezkerraldea me da motivos para pensar, en un e-mail que me manda como por ensalmo, en medio de toda la vorágine de la bolsa, Grecia, el coche bomba en Times Square y la mancha de petróleo en Louisiana, que ejerce de nuevo volcán, esa tinta de calamar que pretende enturbiar las aguas y esconder los verdaderos matices de la realidad que nos circunda, siempre tan peligrosa.

Me interrogaba el amigo sobre la situación de los prisioneros políticos vascos y si creía que una amnistía tendría cabida en el futuro, cuando los cambios que se atisban en el horizonte estuviesen más asentados. No puedo tomar la pregunta como una ingenuidad, que ya somos mayorcitos para eso, sino como una verdadera preocupación de alguien que vive de cerca la sangrante realidad cotidiana de los presos.

Le contesté que no era yo la persona indicada para resolver su duda, pero que en mi opinión lo de la amnistía era, hoy por hoy, bastante utópico. Que si el proceso se decanta por los senderos dibujados en "Zutik EH" es seguro que
la política penitenciaria cambiará, que habrá reducciones de grado, excarcelaciones, anulaciones de infames doctrinas antiterroristas como la apellidada Parot, para desgracia de un prisionero vasco, y quien sabe si pasado un tiempo prudencial, podamos entonar alguna vieja canción de Mikel Laboa acompañados por las voces de todos los prisioneros, en casa ya, libres por fin. Muchos soñamos con ese gran día.

Hablo de tiempo prudencial porque el paradigma infernal que nos ha convertido en los malos de este drama, malos malísimos por cierto, ha conseguido cerrar muchas puertas que en otros tiempos y en otros procesos pretéritos habían quedado entreabiertas. La ofensiva política y mediática que ha puesto en primer plano a las víctimas y sus familiares ha cercenado en buena medida la capacidad de maniobra del Gobierno. Esto es así, y un mínimo ejercicio de realismo político nos exige que lo tengamos en cuenta, para no llarmanos a engaño y por mucho que a algunos nos duela.

En este laberíntico proceso político-social que está naciendo estos últimos meses, pero que se remonta muchos años atrás en el tiempo, es determinante la gestión de los tempos. Casi tan importante como las cosas que se hagan, es el momento en que se realicen. Si se hacen demasiado pronto pueden surgir contratiempos innecesarios y si se hacen demasiado tarde, podemos perder otra oportunidad.

Decía en el anterior comentario que la izquierda independentista va muy lenta para algunos observadores ajenos a ella, y parece que muy rápida para algunos integrantes de la misma. Hay momentos cruciales, encrucijadas enrevesadas, en las que es necesario cortar el nudo blandiendo la espada. Cuando la cabeza te enseña el camino y el corazón te paraliza los pies, ¿qué hacer?

No cabe duda de que el Gobierno español con Pérez Rubalcaba a la cabeza, utiliza de forma intensiva todos los medios de que dispone, que son muchos. Desde las fuerzas policiales, la Fiscalía, los medios de comunicación... maniobra todos los días con el objetivo de que la cesión del Estado sea la menor posible. En el otro lado de la balanza está el trabajo político y de socialización de la izquierda independentista, para evitar que se salga con la suya. Una lucha en buena medida ideológica que necesita un evidente reforzamiento.

Es evidente que, tras los pasos dados por los abertzales de izquierda, que han empezado a ser valorados como significativos por agentes externos, Rubalcaba estaría ya en condiciones de enviar señales que contribuyan a afianzar el camino recorrido. Sería de estúpidos no hacerlo y el ministro es cualquier cosa menos estúpido. Ahora bien, si sus servicios de información alcanzasen a detectar que no todo el pelotón estuviese avanzando con la misma cadencia de pedaleo, la decisión de seguir enredando prevalecería sobre la de estimular el proceso con medidas que rebajen la tensión.

Por último, los agentes del país que analizan en sus documentos de forma muy positiva la última trayectoria de la izquierda independentista no pueden quedarse de brazos cruzados, esperando la evolución de los acontecimientos. Es hora de aunar voluntades y priorizar las cosas importantes sobre las secundarias. El mantenimiento de los estatus partidistas o sindicales no puede estar por encima de la contribución al surgimiento de un nuevo escenario socio-político. A la izquierda independentista se le exigen más hechos y menos palabras, pero ella también está en disposición de realizar la misma exigencia, sin complejos. Tiene una responsabilidad importante en todo este asunto, pero no posee la exclusividad para su resolución favorable. Todo el mundo puede hacer algo más de lo que está haciendo.

Es mayo, esperemos que sea florido, no como el que nos cantaba Imanol desde el corazón de Ezkerraldea.