2018/09/30

Bloqueos

Considero que  la palabra que mejor puede definir la actual situación política general es bloqueo. Bloqueo en el Gobierno español de Sánchez, bloqueo en el programa reformista francés de Macron, bloqueo en el desarrollo del Nuevo Estatus de la CAPV, bloqueo en Nafarroa Garaia, bloqueo en Catalunya... Tal vez sea Ipar Euskal Herria el único ámbito en el que se aprecian tímidos avances.

Sabemos por experiencia que las situaciones de bloqueo se suelen resolver por la fuerza, con una de las partes imponiéndose sobre la otra, escenario al que se ha renunciado de antemano, o bien se transita por la senda de la negociación y la cesión mutua. En esas deberíamos estar. Sin embargo no hay señales de avances significativos.


Dejando a un lado las grandes dimensiones estatales y acercándonos a la realidad de Euskal Herria, comprobamos que el proceso de Nuevo Estatus se encuentra en standby, dada la postura conservadora adoptada por Podemos y el PSE, amén del rechazo inequívoco del PP, partido que contribuye a que se aprueben los presupuestos de la comunidad autónoma. La clave, lo dice EH Bildu, radica en el reconocimiento del llamado "derecho a decidir", que en teoría es aceptado por PNV, la propia Bildu y Podemos, mientras no es aprobado por los socialistas de Idoia Mendia.

Además, desde Elkarrekin Podemos se considera que el texto rezuma un lenguaje identitario que ellas no comparten. En resumen, a día de hoy tan solo PNV y EH Bildu sostienen lo acordado, pero incluso con diferencias de análisis entre diversos agentes del universo jeltzale. Mientras unos dicen que hay que seguir adelante, aunque sea solo con la coalición abertzale (Egibar), otros, en este caso Urkullu, ponen la venda antes de la herida. El lehendakari estima que un acuerdo a dos fracasaría de todas todas en un hipotético viaje a Madrid. Argumenta para ello lo que sucedió en su día con el llamado Plan Ibarretxe

Lo curioso del caso es que Urkullu lleva razón y que un acuerdo de mínimos entre PNV y Bildu no tendría recorrido legislativo en las Cortes españolas. Lo ve el más simple de los mortales. Otra cosa es que se quiera realizar una cierta presión y seguir avanzando, aún a sabiendas del resultado final negativo.

Reunión de la Ponencia de Autogobierno del Parlamento Vasco. Foto: Deia

Es totalmente necesario que al acuerdo se sumen Elkarrekin Podemos y, sobre todo, el PSE, si se quiere que en Madrid se le haga un poco de caso al proceso. Pero para ello habría que rebajar el texto actual, o sea, evitar el derecho a decidir, lo que EH Bildu en ningún caso aceptaría. 

En resumen, que nos encontramos en una evidente situación de bloqueo, muy difícil de desatascar. El único modo de hacerlo, manteniendo los cauces previstos en la ley (como aceptan la totalidad de agentes implicados), es cambiar la actual correlación de fuerzas, generando una mayoría soberanista más clara y contundente. 

Para librar esa batalla, a la postre decisiva, resulta vital una plena identificación de la población (una parte mayoritaria al menos) con los objetivos que se dibujan en ese Nuevo Estatus, limitado desde su arranque al ámbito de la CAPV. Y ahí es cuando surge la duda, ya que esa necesaria identificación de las llamadas bases soberanistas con un proceso posibilista en lo formal y reduccionista en lo territorial, está por ver. 

Tal vez la construcción de un ambicioso programa soberanista, enmarcado en el ámbito nacional del Zazpiak Bat, y con una implicación determinante en lo social, facilitaría una identificación popular de mayor alcance, con el consiguiente avance estratégico en el largo camino a recorrer hacia la soberanía plena. ⧫

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