2018/06/24

Incumplimientos

El próximo año se cumplirán cuarenta años de la puesta en marcha del llamado Estatuto de Gernika, por entonces tildado por algunos como Estatuto de la Moncloa. Con sus luces y sus sombras, dicho texto legal ha tenido la "virtud" de encajar la realidad política de la CAPV en un marco más amplio, el que representa la Constitución española de 1978, que no fue refrendada en las urnas por la mayoría social del tercio autonómico vasco.

Cuando desde algunas instancias se habla de la necesidad de un nuevo encaje de esas dos realidades, la vascongada y la española, hay que decir que el encaje está ahí, delante de sus narices, incluida la "traición" de UCD y PSOE, que propiciaron el desmembramiento en dos del incipiente proceso preautonómico vasconavarro
.

Son aguas pasadas, muy pasadas, pero a la vez actuales, porque la reclamación del cumplimiento de las transferencias pendientes, casi cuarenta, vuelve a salir a la palestra con la disculpa de que existe, por estrambótica carambola, un nuevo inquilino en La Moncloa.

No obstante, en una coyuntura presidida por los esfuerzos constructivos en torno al llamado Nuevo Estatus, no parece muy oportuno rememorar semejantes incumplimientos. Dicho de otro modo, parece un tanto contradictorio pasar de página, o incluso de libro, cuando no se ha terminado de cerrar el anterior.

Aún más contradictorio parece que a esa reclamación de cumplimiento de las transferencias pendientes se venga a sumar EH Bildu, en un gesto que puede despistar a los más ingenuos. Al fin y al cabo, reclamar el cumplimiento del Estatuto de Gernika no deja de ser un reconocimiento implícito de su valía, lo que vendría a chocar con una trayectoria histórica en la que la izquierda abertzale ha evitado ese reconocimiento.

Es estimulante que líderes de la izquierda abertzale ejerzan una pedagogía política positiva y reivindiquen con claridad, y sin eufemismos, el derecho de autodeterminación para el pueblo vasco. El lenguaje es importante en política. Pero sería también de agradecer que zanjasen la duda entre la vía estatutista, muerta y enterrada hace ya unos cuantos años por el sindicato ELA, y la verdaderamente soberanista, que queremos entender es la indicada en el camino hacia nuevas cotas de libertad nacional para Euskal Herria. ⧫

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