2014/06/09

No va a ser fácil

EiTB.com
El notable alcance de la cadena humana que unió simbólicamente este domingo Durango e Iruñea no debe llevarnos a la confusión. El camino no va a ser fácil. Pese a que el lema, Gure esku dago, así lo indique, no tengo tan claro que la posibilidad de convertirnos en un pueblo soberano esté, solamente, en nuestra mano. Es evidente que el destino que nos depare el futuro también está en otras manos, no precisamente vascas.

El pueblo vasco, o mejor dicho, la parte del pueblo vasco que ha defendido la soberanía a lo largo de la reciente historia, ha perdido batallas, guerras y guerrillas. Una de las más dolorosas fue la de 1937, incluidos bombardeos criminales a poblaciones y objetivos civiles. La resistencia vasca, pacífica o cruenta, también ha mostrado sus carencias. 


La movilización ciudadana, la acción desobediente, la llamada lucha de masas e incluso la lucha institucional son herramientas válidas para avanzar. Sin embargo, no podemos distraernos ni errar a la hora de señalar dónde residen las mayores dificultades. 

A la iniciativa Gure esku dago se han sumado, básicamente, la izquierda abertzale y el PNV, más soberanistas de izquierda que simpatizan con diferentes estructuras partidarias de ámbito estatal. Es un primer paso, pero no es suficiente. Una reivindicación que ponga sobre la mesa el derecho del pueblo vasco a decidir sobre su futuro debe agrupar un más amplio porcentaje de voluntades, el mayor posible. No sería inteligente aferrarse a la ley del número y contentarse con la mitad más uno, por muy legítimo que pueda ser.

Pero no es ese el principal obstáculo, sino el que, para entendernos, llamaremos territorialidad. Aunque mañana estuviera en nuestra mano decidir, ¿Cuál sería el marco? ¿La CAPV, Hego Euskal Herria, cada uno de los municipios vascos? No es asunto baladí, sino central. Algunos de los agentes partícipes de esta última movilización se conformarían con renovar el estatus político de Vascongadas. Una alternativa tan legítima como cualquiera, pero que no colmaría las ansias de libertad de una amplia franja soberanista de nuestro país.

Recomendaría a todos los lectores que dediquen una parte de su tiempo a examinar los porcentajes de votos de la suma de las formaciones independentistas y/o soberanistas a lo largo y ancho del país, desde Lanestosa a Cortes. Una vez cotejados los datos, podemos empezar a discutir sobre prioridades a medio y largo plazo.  

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