2013/12/28

Malestar

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Cuando se acerca el final del año llega la tentación de realizar balances. Los medios de comunicación, sabedores de las escasas noticias de estos días, preparan sus resumenes con el doble objetivo de refrescar la memoria del lector/oyente/telespectador y a la vez de rellenar páginas de diarios y espacios de radio y televisión con una cierta prestancia.



No quisiera caer en ese tipo de balances, sino en apuntar algunas de las circunstancias que se han dado a lo largo del año. El nexo de unión de la mayoría de ellas sería el malestar. Una sensación de incomodidad, no estar conforme, que no acaba de traducirse en un impulso claro por la transformación, por el cambio social, por lo que llevado al extremo se ha venido llamando, desde el siglo XIX, como revolución, aunque sea de andar por casa.

2013/12/12

Ellos se van, ¿y nosotros?

La cuatro fuerzas que sustentan la mayoría en el parlamento del Principat han acordado la fecha y la pregunta para la consulta que pretenden celebrar el año venidero. Será el 9 de noviembre de 2014 y las papeletas llevarán impresa esta doble cuestión: ¿Quiere que Catalunya se convierta en un Estado? Y en caso afirmativo: ¿Quiere que este Estado sea independiente?

A día de hoy es difícil predecir si la consulta se celebrará, si en su caso será vinculante, si el Estado español aceptará el resultado e incluso si este será positivo o negativo. Pero dejando a un lado el desarrollo de los futuros acontecimientos, es evidente que la mayoría de la ciudadanía de Catalunya ha decidido soltar amarras con Madrid. Y en estos asuntos, a veces es más determinante lo que sale del corazón que lo que te pide hacer la cabeza.

2013/12/04

Política banal

Nunca es fácil anticiparse al futuro, al fin y al cabo se trata de una entelequia. Pero si me dicen hace veinte años que el futuro era ésto, no me lo hubiera creído. Simplemente me hubiera echado a reír.

La banalización de la política ha alcanzado grados inimaginables en los tiempos, ya lejanos, en los que muchos soñábamos con cambiar, en profundidad, el estatus quo dominante. Cuando aún era posible hablar de comunismo o de anarquismo en nuestras plazas y tabernas, como algo más que puras teorías, como proyectos realizables aquí y ahora.