2012/11/12

Huelga no es sinónimo de panacea

Este miércoles está convocado en el Estado español un paro de 24 horas, al que casi todo el mundo llama huelga general cuando no lo es, por los sindicatos CCOO y UGT, y al que se han adherido algunos otros agentes como CNT, ESK, IU, Aralar o diversos colectivos sociales. La convocatoria oficial va contra los recortes y las reformas económicas, aunque los grupos minoritarios han añadido otra serie de reivindicaciones propias. Los sindicatos ELA y LAB no se han sumado al paro.

Lo primero que cabe decir ante este paro es que quienes lo convocan están en su derecho de hacerlo. Sobran razones para realizar una huelga de 24 horas, e incluso de mayor extensión. Cuestión distinta es que sea obligado sumarse al mismo, simplemente porque la situación sea difícil. Es necesario delimitar los fines de la acción de protesta y sopesar cómo han gestionado los convocantes huelgas anteriores.

En segundo lugar, el contexto es el que es. Venimos de una convocatoria de huelga en el mes de marzo, unida a la que la mayoría sindical vasca realizó el pasado mes de septiembre, la cual, dicho sea de paso, fue ninguneada por los convocantes de la actual. Repetir las convocatorias de huelga de forma contínua puede llegar a ser perjudicial para los intereses del movimiento obrero, sobre todo si la gestión de las mismas no es coherente.

Hay que reconocer que se extiende entre la clase trabajadora una doble convicción. Por un lado, que la huelga acotada a un día no es efectiva para parar a patronales y gobiernos neoliberales, como se está viendo en Grecia,  y unida a ella, que la pérdida salarial que comporta, si se repite cada poco tiempo, se nota en las economías familiares.

En resumen, no se vive un ambiente de entusiasmo a la hora de responder a la convocatoria, ni a ésta ni a las anteriores. Un ambiente en el que también incide directamente el miedo de muchos trabajadores a perder el puesto de trabajo. Y ahí entramos en otra de las grandes contradicciones de este tipo de protestas, y es que los miles y miles de desempleados no pueden sumarse a la huelga por carecer de empleo. Ahora bien, sí que pueden adherirse a las movilizaciones que completan las diferentes convocatorias.

He leído con interés opiniones en prensa e internet de sindicalistas, políticos o expertos, argumentando que el 14N es una buena oportunidad para protestar. Estoy de acuerdo. Pero también lo era el 26S y en ese caso no se les oyó tanto. En realidad, tal y como están las cosas, cualquier fecha es una buena oportunidad para protestar, pero el asunto es cuál es el objetivo de la protesta y qué se va a hacer al día siguiente de la misma. La huelga por la huelga no es una panacea.

Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo
La trayectoria pactista de CCOO y UGT está fuera de toda duda. Han contribuido a estampar su firma en muchas de las reformas laborales que se han venido produciendo en las últimas décadas y, en general, han tenido buena parte de culpa en la derrota estratégica de la clase obrera. ¿Se puede olvidar todo ese bagaje de un día para otro, solo porque el 14N es una oportunidad de protestar? ¿Se puede dejar a un lado la política vergonzosa de estas dos centrales en Nafarroa, marginando a ELA y LAB y yendo de la mano de patronal y gobierno de UPN?

No se trata de cobrar facturas atrasadas, sino de practicar el sindicalismo con un mínimo de coherencia y honradez. Nadie puede asegurarnos que el 15N los secretarios generales de CCOO y UGT no estén esperando ser recibidos por la ministra de Empleo y el presidente de la CEOE para consensuar una nueva vuelta de tuerca en pensiones, jubilaciones, contratación laboral o subsidios de desempleo. Esos dos líderes sindicales y sus respectivas ejecutivas se han ganado la desconfianza de muchos miles de trabajadores, para que ahora quieran maquillar su imagen con una convocatoria de huelga lanzada sin convicción, sin ambición, más que nada para cumplir el expediente y seguir aburriendo a los trabajadores con su mantra sobre la necesidad de realizar un hipotético referéndum sobre las reformas.

Posdata: En otra ocasión trataremos sobre la eficiencia práctica del paro de 24 horas como herramienta de combate obrero y sindical. Si es necesario alargarlo por un mayor periodo de tiempo o si habría que activar otros tipos de protesta que pusieran en apuros a los responsables de tantos y tantos atropellos contra el estado del bienestar y las conquistas sociales obtenidas en base al sufrimiento y la lucha de la clase trabajadora.

3 comentarios:

  1. Joxerra, comparto muchos de tus argumentos respecto a la reciente trayectoria de CCOO y UGT. Es también verdad que los dos han marginado más de una vez a ELA y a LAB. Reconozco que se puede y se debe de hacer una reflexión sobre el paro de 24h como una herramienta de combate obrero y sindical. Pero sigo sin entender del todo las decisiones de ELA y LAB de no sumarse a una jornada de protesto que no solamente tuvo lugar en el Estado español, sino que en tantos países europeos (incluyendo el mío, Portugal)...

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  2. Anónimo9:40 p. m.

    ELA y LAB si se sumaron a las mobilizaciones de ese dia al igual que el resto de organizaciones y Agentes sociales.

    A lo que no se sumaron es a la "Huelga-trampa" de los sindicatos madrileños CCOO Y UGT.

    Huelga que es preciso recordar se combocaba en varios paises del Sur de Europa solamente y no en "TODA EUROPA" como falsa y embusteramente se ha venido repitiendo en algunso medios, a modo de "contrapropaganda sindical española".

    La llamada a la mobilizacion si que fue generalizada en toda Europa. Y ahi si que estuvieron ELA y LAB.

    Todo lo demas son cuentos.

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  3. Anónimo11:53 a. m.

    Lakua pagó 1,64 millones por juntar la Mesa de Diálogo Social

    Confebask, CCOO y UGT han recibido subvenciones directas de más de medio millón de euros al año del Gobierno de López por participar en los escasos encuentros de su Mesa de Diálogo Social.


    http://www.naiz.info/eu/actualidad/noticia/20121120/lakua-pago-1-64-millones-por-juntar-la-mesa-de-dialogo-social


    Esto es lo que hay.
    Una preocupavion por la clase trabajadora tremenda.

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