2012/10/05

CAN-La Caixa, adiós al modelo uniprovincial

Cualquier ciudadano que pasee estos días por las ciudades y pueblos de Nafarroa Garaia verá que las antiguas oficinas bancarias de Caja Navarra han variado su fachada. Ahora se ven señalizadas por el anagrama de la vieja caja absorbida, CAN, acompañado por la estrella de Miró, logotipo ultraconocido de CaixaBank. En cambio, las oficinas que Caja Navarra mantenía en otros territorios vascos han pasado a estar decoradas de forma similar a cualquier otra de la entidad catalana.

El privilegio de las oficinas navarras es una simple concesión, seguramente temporal, que durará lo mismo que el apellido Guipuzcoano de las oficinas del Banco Sabadell. Los directivos de CaixaBank saben bien que cuando se compra una entidad más pequeña no conviene humillar a sus clientes. Caja Navarra no existe ya en el Registro Mercantil, pero sus siglas figuran en las oficinas, para consuelo de Miguel Sanz y cía.

Caja Navarra se constituyó el 17 de enero de 2000, al absorber la Caja de Ahorros de Navarra, creada en 1921, a la más antigua Caja Municipal de Pamplona, fundada en 1872. La historia centenaria comenzó a difuminarse cuando, en aras a una estrategia de expansión enloquecida, Caja Navarra lideró la constitución de Banca Cívica, con otras cajas del Estado español, en el año 2010.

Foto: www.negociosennavarra.com
La fusión fría fracasó, los intentos de entrada de una compañía de inversiones estadounidense, JC Flowers, especializada en salvar quiebras, no prosperaron, la salida a bolsa fue un fiasco y, al final, Banca Cívica, incluida Caja Navarra, tuvo que aceptar la situación y acometer su entrada y disolución en el gigante CaixaBank.

El empeño ideólogico del equipo de Enrique Goñi, gestor de la entidad navarra y hombre de confianza de UPN, para no comprometerse de ningún modo con las cajas vascas, ahora Kutxabank, ha dejado a la CAN en manos de una entidad catalana. Cuestión de gustos.

Lo que quería decir, rememorando este lamentable episodio político-financiero, es que la viabilidad de la autonomía uniprovincial, defendida con uñas y dientes por UPN y PSN, empieza a hacer aguas. Si a esto añadimos el conflicto existente con el asunto fiscal de las exportaciones de automóviles de Volkswagen Navarra, podemos asistir en breve tiempo a un verdadero colapso de la economía en este territorio.

Hasta este momento todo parecía indicar que el modelo uniprovincial era viable y provechoso para los ciudadanos navarros. Por el momento, se han quedado sin su principal entidad financiera, un mal presagio que el entorno político-mediático de Iruñea intentará disimular con paños calientes. Intento vano. ya que lo sucedido significa el primer aviso serio de derrumbe de un proyecto artificial, que carece de sentido sin la colaboración y unidad de acción con el resto de territorios vasco-navarros.

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