2012/04/12

Iñigo Cabacas, penúltima víctima policial

La muerte del joven Iñigo Cabacas Liceranzu, a resultas de una violenta intervención de la Ertzaintza, ha conmovido a la opinión pública. Cuando estábamos aterrizando, tras el reciente cese de la actividad armada de la organización clandestina ETA, y nos empezábamos a hacer a la idea de que no iban a producirse más muertes, nos topamos con una más. Nos gustaría que fuese la última, pero por ahora lo dejaremos en penúltima.

Lo ocurrido en Bilbao, no obstante, no es novedoso. Pocos días antes, el mismo cuerpo policial hirió de gravedad a otro joven en Gasteiz, Xuban Nafarrate, en el curso de la huelga general del 29M. Y son incontables las actuaciones de la Ertzaintza en las que se ha empleado a fondo para disolver concentraciones o manifestaciones sin tomar las mínimas precauciones. Al final, como siempre pasa, el cántaro se rompe. Es el momento de las lamentaciones de las gentes de orden que siempre han mirado hacia otro lado cuando los apaleados eran "del entorno etarra".

En esta ocasión, sin embargo, medios tan poco sospechosos como "El Correo" dan credibilidad en primera página al testimonio de testigos que afirman que lo ocurrido fue una masacre y que podía haber habido más muertos a causa de la brutal intervención policial. Incluso uno de sus columnistas estrella habla de "tiempo de desarme", argumentando que la Ertzaintza deberá adaptarse al nuevo tiempo sin el accionar armado de ETA. Qué cosas.

Es posible que las circunstancias del suceso, ocurrido en el curso de la celebración de la eliminatoria del Athletic ante el Shalke alemán haya tenido algo que ver, pero lo verdaderamente diferente es que nos encontramos en otros tiempo, y que las respuestas que antes eran "comprendidas", sino aplaudidas, por muchos cioudadanos, ahora causan malestar y hasta repugnancia. Algunos de los que antes jaleaban a la Ertzaintza, ahora se avergüenzan de la falta de equilibrio de sus intervenciones.

Ha habido también quienes han pretendido desviar la atención con un debate sobre pelotas de goma sí o no. Las pelotas no tienen la culpa. Los culpables son los mandos de la Ertzaintza que mantienen ese tipo de arma en sus arsenales y los propios efectivos que las utilizan sin ningún remordimiento. Disparar a corta distancia más de cincuenta de esos proyectiles a unos hinchas del Athletic es una actuación demencial en sí, que podìa haber concluido con muchísimas más víctimas.

El poder, en este caso el Gobierno Vasco, abre una investigación y anuncia asunción de responsabilidades y retirada de las escopetas lanzapelotas. Incluso dice que pudo haber negligencia, mientras que la Fiscalía habla de un posible homicidio imprudente. Se trata de calmar los ánimos en los días posteriores al abuso policial, que el tiempo se encargará del resto. Por el momento, ningún cese, ninguna dimisión, ninguna asunción real de culpa.

El consejero Rodolfo Ares sabe perfectamente de la extralimitación de sus policías, que posiblemente acudieron sobreexcitados al lugar de los hechos. Sin embargo, se niega a dar un paso al frente y protege la identidad de quienes han acabado de forma violenta, y amparados en el anonimato de un arma que no deja rastro, con la vida de un joven pacífico, que tan solo pretendía pasar un buen rato tras el triunfo de su equipo de fútbol.

Quienes tanto han hablado de víctimas y verdugos, de demócratas y violentos, tienen ahora una magnífica oportunidad para situarse en el tablero. Que digan en voz alta, como acostumbran, quienes son las víctimas y los verdugos en el caso de la muerte de Iñigo. Si así lo hacen, empezaremos a darles algún atisbo de credibilidad. Mientras tanto, seguiremos pensando que su pretendido discurso moral es una mera herramienta de combate ideológico, una vulgar máscara para engañar a la ciudadanía.

Estekak:

3 comentarios:

  1. Anónimo11:23 a. m.

    Nada que añadir.

    ResponderEliminar
  2. Primero debemos pedir explicaciones y que se depuren responsabilidades por este trágico hecho. Segundo, sumarnos al dolor de familiares y amigos. Y tercero –como parece que se va a conseguir- exigir que desparezca del arsenal antidisturbios las pelotas de goma, que por cierto se usan en todo el estado y causan gravísimos daños (hay docenas de tuertos, entre otras graves afecciones) a causa de este artefacto.
    Dicho esto, me parece lamentable que la IA –para variar- meta la cuchara para criminalizar a la ertzaintza. Es cierto que nuestra policía tiene que cambiar el chip y quizás rebajar su dureza, pero quien conozca ese callejón con forma de “L,” sabe que puede ser una ratonera donde te pueden freir –literalmente- con cócteles de gasolina. Además, allí se juntan desde hace muchos años gentes muy implicadas en la kaleborroka (recuerdo que cerraron la herriko y volvieron a abrir otro bar idéntico con la misma gente), con lo que es comprensible que esos policías –que saben de qué va la película- prefieran excederse y estar seguros, que exponerse a caer en una encerrona.
    Y no estoy justificando nada, sino tratando de centrar las cosas y de buscar explicaciones racionales a esta tragedia y condenando este hecho, pero pidiendo a la IA que empiece también a disculparse por haber amparado la violencia callejera que nos he llevado a la situación que todos conocemos. Seguro que en otra sociedad, unos policías que ven unos alborotadores con camisetas deportivas ni se plantean que quizás les estén tendiendo una emboscada para quemarlos vivos y opten por repelerlos a distancia con las brutales pelotas de goma. A esto hemos llegado y la IA tiene una parte de responsabilidad enorme.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo1:15 a. m.

    Lo mismo de siempre. el mismo discurso psicopático de siempre. No cambian. Con ellos no va la marcha. ellos a lo suyo. A cazar indios. ¿O son "ciervos"?. ¿No le llaman así?. "Cazar". Bonita palabra. Sobre todo aplicada a la acción de unos servidores policiales. "Cazar". Es lo suyo. Es lo que tienen las aficiones compulsivas. Que uno no distingue cuando parar. Y se convierten en un problema. Y en una enfermedad. Disfunciones psicopáticas. Como en este caso. La realidad actual nos estropea la afición, pensaran. Donde quedaron los viejos tiempos del paraguas mediatico-politico y el todo vale. Ya solo nos queda el paraguas politico. "Cazar". Una afición más como cualquier otra.

    http://www.elcorreo.com/alava/v/20120417/pvasco-espana/suspenden-pelotas-goma-detectar-20120417.html

    Vaya, vaya. Parece ser que le metian más caña a los "mosquetones" con cartuchos XXL. Será porque a menos de 20m no llegan bien las "pelotitas de papel" que salen por las bocachas. Por lo tanto, como no, más madera. Benditos angelitos!
    Y encima lo hacian, los ultimos en entrar. Los "manzanillos" de la clase. Es decir que en esta santa casa de servidores policiales, el ultimo que entra, hace lo que se le sale de los mismisimos bemoles. Barra libre señores. No hay control. Como en el salvaje Oeste. Total para que. Se trata de "cazar" indios. ¿O son "ciervos?.
    Las sociedad, como un videojuego. Del cuartel a la calle. Aprieta el boton del mando, y mete caña. A ver cuantos puntos consigues. Despues ya escribiras tu nombre en la lista de los jugadores con mayor puntuación. Está vez a fallado en algo la cosa. Los nombres iran en una lista. Pero la del juzgado correspodiente. Mala suerte.
    Ya lo escribió el poeta granadino.

    "Los caballos negros son.
    las herraduras son negras.
    Sobre las capas relucen
    manchas de tinta y de cera.
    Tienen, por eso no lloran,
    de plomo las calaveras.
    Con el alma de charol
    vienen por la carretera."
    Almas de "charol", efectivamente. De "charol" azul y negro.

    ResponderEliminar