2012/03/06

Aquí, a la izquierda

Van ya para cinco años de crisis económica, eufemismo que oculta la verdadera cara del capitalismo. Un sistema económico basado en la explotación, que arroja a la cuneta a todas aquellas personas que no le son útiles para sus fines. Los periodos de crisis son consustanciales a este sistema, como lo es el desempleo, el mejor aliado de los empresarios para contratar mano de obra cada vez más barata y en condiciones más precarias.

También es consustancial al capitalismo la corrupción, que siempre ha existido. Alarmarse por su propagación en estos años es un gesto de hipocresía social. La ideología capitalista, basada en la búsqueda del mayor beneficio posible en el menor tiempo, es una invitación a la corrupción.

Volviendo a la crisis, tras años de despilfarro en las cuentas públicas, cuando el dinero de todos se malgastaba en espectáculos como las carreras de bólidos del Bilbao made in Azkuna, llegan los tiempos del ajuste. Los excesos de antaño se han convertido en los apuros de hoy y de mañana. El dinero público se retira hasta de las carreras ciclistas.

En este complicado contexto le ha tocado gobernar una diputación foral y cientos de ayuntamientos a la izquierda independentista y soberanista. Bildu, tras unos extraordinarios resultados electorales, ha tenido que asumir una responsabilidad sobrevenida. No podía esconder la cabeza debajo del ala. Su electorado no se lo habría perdonado.

Sin embargo, la asunción de responsabilidades institucionales debe ir acompañada de un perfil ideológico que identifique el trabajo en la Administración foral y local con las señas de identidad históricas del sector social al que se representa. Equilibrar ingresos y gastos es una tarea obligada, eso se asume, pero el asunto estriba en dónde se recorta y en dónde se mantiene la apuesta.

Puede parecer una perogrullada, pero la izquierda independentista es de izquierdas. Se mueve en ese amplio cauce al que llamamos socialismo, con acentos más prágmáticos y más doctrinales, según los casos. Esa seña de identidad fundacional no puede diluirse en un periodo de gestión, que puede ser coyuntural.

La izquierda independentista tiene que estar atenta a lo que ocurre en nuestra sociedad. A los miles de personas que se encuentran en desempleo, a los cientos de desahuciados de sus viviendas, a los trabajadores en situación precaria, a los autónomos que pasan enormes dificultades, a los pensionistas que ven como disminuye su capacidad adquisitiva, a tantos miles de jóvenes que no han tenido la oportunidad de realizar su primer trabajo remunerado.

La situación es de auténtica alarma social, y va mucho más allá de la protesta ante la enésima reforma laboral. Una reforma que requiere de una respuesta contundente, por supuesto, como lo será la huelga del 29, pero que apenas les va a importar a quienes se encuentran en paro, expulsados del mercado de trabajo.

Nadie duda de la profunda convicción abertzale de la izquierda independentista. Ese label se le otorga desde todo el arco político. Lo que se trata ahora, en medio de esta deteriorada situación económica, es de sacar lo mejor del componente de izquierdas y progresista que atesora, para plantear a la sociedad vasca alternativas viables al capitalismo realmente existente. Un capitalismo descontrolado que está empeorando las condiciones de vida de miles y miles de ciudadanos de este país. Un capitalismo al que hay que poner freno desde la izquierda política y social, porque de lo contrario, los retrocesos pueden ser históricos.

Estekak:

    2 comentarios:

    1. Sin embargo solo se transmite AUSTERIDAD, con lo cuál se ven dos problemas, uno de comunicación y otro politico.No puede ser que se sigan con las suspicacias y métodos del pasado. Los mismos que gestionaban, en condiciones penosas, la opción 'A' gestionan ahora la 'noA' y no cuentan para nada con los que estaban en esta segunda, antes de que el 'resplandor' les llegara.Confiar en la gente, ya que esta es el mayor capital que, de siempre, ha tenido la IA.

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    2. Sin embargo solo se transmite AUSTERIDAD, con lo cuál se ven dos problemas, uno de comunicación y otro politico.No puede ser que se sigan con las suspicacias y métodos del pasado. Los mismos que gestionaban, en condiciones penosas, la opción 'A' gestionan ahora la 'noA' y no cuentan para nada con los que estaban en esta segunda, antes de que el 'resplandor' les llegara.Confiar en la gente, ya que esta es el mayor capital que, de siempre, ha tenido la IA.

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