2012/02/23

Disimulos

Los expertos del mundo del espectáculo saben muy bien el valor de un foco. El público no se puede resistir y fija su mirada en lo que el foco alumbra. Mientras tanto, en el escenario ocurren cosas que pasan desapercibidas. Es el arte del disimulo, de las medias tintas. Un arte que requiere un gran nivel profesional a quienes lo ejecutan.

Quien sigue este blog ya habrá adivinado que hoy no voy a escribir sobre teatro, ni sobre la próxima gira de Bruce Springsteen. Tampoco voy a escribir sobre potencia lumínica, ni sobre la ópera de Milán. Como casi siempre, aburrido que es uno, voy a tratar de política.

La última escenificación llevada a cabo en el Congreso de los Diputados español, a cuenta de la iniciativa del partido ultra-lerrouxista UPyD, permite ejemplificar el arte de la interpretación del Partido Popular. El aviso lo había dado el ministro de la Gobernación, Jorge Fernández, con su declaración sobre la "dimensión política". Ahora se ha dado un paso adelante con el acuerdo firmado por la mayoría de los grupos presentes en la cámara.

El texto en sí, no aporta parcticamente nada. Lo lee y relees y no consigues descubrir lo que hay detrás. Es un simple señuelo para practicar el arte del disimulo. Ante la embestida de Rosa Díez, el Gobierno del PP ha movido pieza de forma inteligente. También ellos tienen que hacer virar el timón de su transatlántico. Y lo tienen que hacer en la mar gruesa previamente agitada por una parte del partido y una agresiva derecha mediática.

La operación del PP incluye varios sumandos. En primer lugar, nada de moverse en solitario. Hay que buscar el mayor arrope posible para que "la opinión pública" vaya aceptando el viraje. De ahí que se haya concertado el texto con PSOE, PNV y CiU, entre otros. En segundo lugar, ya no es tiempo de ilegalizaciones. Leopoldo Barreda lo dejó bien claro en su intervención. Ni hay pruebas, ni las habrá. En tercer lugar, el anuncio de la organización clandestina ETA, de 20 de octubre, es sincero y abre un nuevo tiempo. No hay vuelta atrás. Y en cuarto lugar, se lanza una viso a navegantes en las carnes de UPyD. El que se desmande, no sale en la foto, lo que será tomado muy en cuenta por las asociaciones de víctimas y similares de ahora en adelante.

Como bien ha dicho Rufi Etxeberria, no se trata de una hoja de ruta para solucionar el conflicto vasco. Se trata de un paso previo que la derecha española estaba obligada a realizar: bajarse del monte y comenzar a transitar por calles y avenidas. El desembarco en Madrid de importantes personajes del PP vasco es la prueba del nueve de esa circunstancia: Alonso, Barreda y Oyarzabal son algunos de ellos.

Hay quien se quedará en la insistencia de la disolución de ETA o en la petición de Rajoy a Amaiur para que ejerza su infuencia, en una intervención que, por cierto, fue un buen ejercicio de descomprensión por parte del preisdente español. No obstante, no nos fijemos tanto en el foco, en lo que quieren que veamos, y observemos con detenimiento lo que ocurre entre bambalinas. Ahí es donde se desarrolla el meollo de la obra.

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