2012/12/21

Hacer leña del árbol caído

Iñigo Urkullu y Artur Mas
Concluye 2012 con la sensación generalizada de que el Estado español atraviesa una de sus mayores crisis en décadas. Una crisis cuya gravedad responde a la aparición de forma simultánea de diversos problemas de calado, de asuntos de compleja resolución, tanto en materia socioeconómica como política.

El escenario general está presidido por la crisis económica, que supera ya los cuatro años y a la que no se ve una salida inminente. Al contrario, todo parece indicar que 2013 va a ser un año amortizado de antemano, inexistente a efectos de recuperación. Los pronósticos hablan de que tal vez en 2014 se empiece a ver algo de luz al final del túnel, pero sin alharacas.

En ese contexto general repleto de ramificaciones se incrusta la crisis de Estado subyacente. Y hablo de ramificaciones porque el shock traumático originado por la primigenia crisis financiera, se ha ido extendiendo como la peste hasta afectar a prácticamente todos los sectores económicos. Pero no solo eso, sino que ha puesto en cuestión el sistema de pensiones, la sanidad pública, la educación, la atención a las personas dependientes, etcétera. Otra ramificación se ha concretado en la epidemia de desahucios derivada del aumento exponencial del desempleo. Y con ella el incremento del malestar social y de las protestas.

Pero la crisis ha puesto también en entredicho, vía financiación, el modelo constitucional denominado como estado de las autonomías. Quienes lo han estado defendiendo objetan ahora que el café para todos se ha convertido en recortes para casi todos. La multiplicación por 17 de las estructuras estatales se ve hoy como un despilfarro, aunque el miedo a pasar a un modelo federal o confederal paraliza cualquier atisbo de movimiento en este terreno. La Constitución, dicen muchos, no se toca.

Otro ingrediente del clima general en el Estado es el estallido permanente de casos de corrupción política y empresarial, en el que se ha visto afectada la propia Casa Real de los borbones. Un clima de corrupción generalizado que el Estado se ve impedido para atajar. No hay mejor señal para describir la situación que el hasta hace poco presidente de la CEOE se encuentre encarcelado en Soto del Real.

Otra importante derivada de la crisis general es la que afecta a la relación entre el Estado y el Principat de Catalunya. Una relación prácticamente rota a partir de la gigantesca manifestación llevada a cabo en Barcelona el pasado 11 de septiembre. Los antiguos socios de Madrid, ahora liderados por Artur Mas, insisten en proseguir en la senda soberanista de la mano de Esquerra y con la colaboración implícita de ICV y CUP y la abstención proactiva del PSC.

El desarrollo acelerado del proceso catalán ha hecho saltar las alarmas en el seno del aparato del Estado, que centrado en las última décadas en el desafío vasco, se ha visto sorprendido por el cambio de paradigma vivido por CiU, que ha pasado de aliado a enemigo en pocas semanas.

En este panorama general de manifiesta crisis de Estado deben inscribirse las estrategias que se están llevando a cabo en Euskal Herria. El cese de la actividad armada por parte de ETA ha propiciado un nuevo clima político, aún incipiente, que permite pactos presupuestarios entre Bildu y PSE, hace muy poco impensables.

Pero también ha propiciado que el asunto vasco desaparezca del ranking de preocupaciones principales en el Estado, bien sea en forma de terrorismo o de secesionismo. Para bien o para mal, Euskal Herria ha dejado de protagonizar telediarios y primeras de diarios y ha pasado a un tercer plano. El propio desarrollo de las últimas elecciones y la proclamación de Iñigo Urkullu como lehendakari han recibido un trato de normalidad, parejo al de cualquier otro asunto de puro trámite informativo.

La táctica amable de la izquierda soberanista, insistiendo en el diálogo y el acuerdo y dejando a un lado cualquier motivo de crispación, ha contribuido a la configuración de un escenario más normalizado, a veces demasiado normalizado si tenemos en cuenta que buena parte de los contenidos de la Conferencia de Aiete siguen sin ser implementados por culpa de la cerrazón de Madrid.La solución al asunto presos sigue enquistada.

La paradoja con la que nos encontramos en este final de 2012 reside en que tras más de cuarenta años ocupando titulares, el tema vasco ya no vende como antes. Ha desaparecido de las primeras páginas. Una constatación en parte positiva, porque significa que hay menos tensión, pero a la vez negativa, porque el traslado a las páginas pares de las informaciones correspondientes a Euskal Herria nos elimina de la agenda principal.

La llegada de Iñigo Urkullu, con su proverbial gesto tranquilo, va a contribuir enormemente a profundizar el diagnóstico, ayudado por las distintas estrategias de la oposición, ninguna de ellas sobreactuada. La pregunta que cabe hacerse ante este panorama de perfil bajo es si no sería este el momento de aprovechar la grave crisis general que atraviesa el Estado español, para hacer leña del árbol caído y avanzar en el proceso soberanista. Lo que vaya ocurriendo en Catalunya va a marcar en buena medida el camino, especialmente al PNV, pero puede que dentro de unos años nos tengamos que arrepentir de no secundar el desafío soberanista catalán con un planteamiento complementario desde aquí.

2012/12/17

Dios salve al lehendakari

Urkullu jura su cargo en Gernika. www.noticiasdealava.com
Iñigo Urkullu Rentería, encartado de Irauregi-Alonsotegi, es el nuevo lehendakari de la CAPV, la entidad administrativa que, según Joseba Egibar, reúne a tres de cada cuatro ciudadanos vascos. Es curioso que los tres últimos inquilinos de Ajuria Enea hayan nacido en municipios relativamente cercanos. Entre Laudio, Portugalete y Alonsotegi no hay grandes distancias, porque las tres localidades pertenecen a la zona de influencia de Bilbao, la auténtica capital vasca.

Dejado ese pequeño apunte geográfico, habrá que señalar que la tarea a la que se enfrenta es muy complicada. Lo mejor será, como cantaban hace ya treinta años los inolvidables Derribos Arias, que Dios salve al lehendakari, porque falta le va a hacer. Tres son las cuestiones centrales que pretende atacar Urkullu: la crisis económica, la normalización política y el nuevo estatus para la CAPV.

Tiempo habrá para profundizar en las tres vertientes. Ahora lo que urge es plantear soluciones alternativas frente a ellas. Por el momento, no las conocemos. Más allá de alguna reducción de la Administración autonómica (debería comenzar por la Ertzaintza) y del latiguillo de que no hará experimentos en Economía, poco nos ha adelantado el nuevo lehendakari. Bueno, algo si. Que los temas importantes se deben tratar en el Parlamento y no en foros ajenos o que lo del nuevo estatus lo fecha para 2015.

Uno quiere abordar la crítica al nuevo lehendakari y su Gobierno con talante conciliador, más que nada por tratarse de un encartado. Pero la verdad es que pocos asideros nos está dejando para formular propuestas en positivo. En primer lugar, es cierto que el PNV fue el partido más votado, pero quedó muy lejos de la mayoría absoluta. Las opciones para alcanzar acuerdos, la palabra más repetida por Urkullu en sus intevenciones, se reducen al PSE-EE y EH-Bildu, en el sentido de que con esos grupos lograría una cómoda posición en la cámara. La tercera opción es un acuerdo con el PP que implique a Rajoy en ciertos temas de calado. No parece muy probable.

Por otro lado, las declaraciones de Egibar y Ortuzar, previsible nuevo hombre fuerte del partido, en relación a EH Bildu no ofrecen muchas opciones al pacto. Las intervenciones de Laura Mintegi y Julen Arzuaga, tampoco.

Al final, como casi siempre, queda la opción del PSE. Una opción difícil, tras el reciente paso (desastroso) de Patxi López y su equipo por el Gobierno. En todo caso, a priori se antoja como la más factible.

Urkullu, rememorando a Bartleby el escribiente, el entrañable personaje de Melville, entonaría al ser preguntado sobre la oprtunidad de ese pacto con el PSE: Preferiría no hacerlo. Estamos de acuerdo en que lo preferiría, pero con 27 escaños, a once de la mayoría, algo tendrá que hacer el político encartado para poner en marcha sus proyectos, si es que los tiene.

2012/12/11

Santiago Cervera, ¿un nuevo caso Otano?

Nada más conocer las primeras informaciones sobre el asunto Cervera-Asiáin-CAN me vino a la memoria, ignoro el motivo, el llamado caso Otano. Sí, aquel en el que Javier Otano, a la sazón presidente de la Diputación de Nafarroa, hubo de dimitir tras una primera del Diario de Navarra que lo conectaba con ciertas cuentas bancarias en Suiza. Todo aquello ocurrió en 1996, pero parece que fue ayer.

¿Cuáles son las conexiones? Probablemente ninguna. Pero sí que hay algún paralelismo. El dinero está detrás de ambos asuntos. Los dos casos han sido destapados por el mismo periódico y tanto Otano como Cervera han sido enemigos de los intereses políticos de UPN, el partido que dirían en Palermo.

Hecho este apunte, nos centramos en Santiago Cervera. Un político atípico, ex consejero de Sanidad, en la actualidad integrado en el mundo político madrileño, donde no parece haber ganado muchos amigos en el tiempo que lleva. Pero el asunto que ha terminado con su carrera política radica en Nafarroa, concretamente en Caja Navarra, la entidad de ahorro hoy desaparecida, diluida en Caixabank.

Cervera ha sido muy crítico con la gestión llevada a cabo en la entidad por parte de su presidente, Miguel Sanz, la presidenta de la Comisión de Control, Yolanda Barcina, y el consejero delegado Enrique Goñi. Un amplio artículo publicado en Noticias de Navarra el pasado mes de abril así lo atestigua. En resumen, el político del Partido Popular, clave en el divorcio entre el partido de Rajoy y UPN, se ha enfrentado con los poderes fácticos navarros, lo mismo que hizo Otano al encabezar un Gobierno tripartito junto a CDN y EA, que pretendía, entre otras cuestiones, oficializar las relaciones con la CAPV.

Los hechos denunciados por José Antonio Asiáin o la defensa que ha hecho Cervera de su actuación ahí están, en todos los medios de comunicación. Cada uno puede tener su opinión al respecto y será el juez natural quien los juzge, tras la dimisión de Cervera como diputado a Cortes y perder su aforamiento. Estarán conmigo en que la película de todo ello resulta esperpéntica, sobre todo la escena protagonizada por Cervera, pertrechado de gorro y bufanda, en busca del sobre oscuro de la muralla que le ha llevado a la perdición política.

Aquí me limitaré a apuntar situaciones, como la necesidad de apoyos de Barcina para mantenerse al frente de su Gobierno o convocar elecciones. Unas elecciones en las que, tal vez, desearía ir junto al PP, opción a la que Cervera se opondría. Por otra parte, el señor Otano indicó en su defensa que si tenía firma en la cuenta suiza era por indicación de su superior, Gabriel Urralburu, un político envuelto en la corrupción. Casualmente, el vicepresidente de Urralburu, antes de caer aquel Gobierno del PSOE, era un tal José Antonio Asiáin, actual presidente de Caja Navarra y denunciante de un intento de chantaje que ha acabado con Santiago Cervera corrido y dimitido. Un chantaje del que, por cierto, se desconoce el material utilizado para cometerlo, otra incongruencia. Otro sí, Asiáin se erige en este momento como el artífice de un nuevo entendimiento entre UPN y PSOE, mientras surgen dudas sobre su honradez al compatibilizar su labor de consejero, desde 2004, en la CAN, y los trabajos de su bufete de abogados, en el que trabaja su hijo Diego, para esa misma entidad financiera.

Es probable que Santiago Cervera haya actuado mal, como Javier Otano obró mal con respecto a las cuentas en Suiza. Pero por encima de esos pecados personales, en sí mismos reprobables, se halla el Poder, así con mayúsculas, capaz de hacer caer a sus peones cuando le crean dificultades añadidas y no previstas. Roma no paga traidores. 


Estekak:

2012/12/04

Seis de diciembre: Nada que celebrar

El observador atento que haya ojeado periódicos, webs y blogs durante estos días, vísperas del aniversario de la Constitución española, habrá acumulado unos cuantos motivos más para desconectarse definitivamente de la metrópoli. La nueva ofensiva evangelizadora del ministro Wert, la detención del ex presidente de la CEOE, convertido en un vulgar delincuente, el acto de homenaje a Franco, en el 120 aniversario de su nacimiento, las proclamas de la autodenominada asociación patriótica DENAES o los sucesivos manifiestos y declaraciones de políticos, intelectuales y militares contra la independencia de Catalunya, serían motivos suficientes para darse de baja.

A todo ello se añade la propia circunstancia del marco constitucional, que cada 6 de diciembre nos recuerda la imposibilidad de construir ningún proyecto común en libertad entre las diversas naciones que conviven bajo el Estado español. En vez de utilizar la seducción democrática, aproximándose a quienes se sienten incómodos en España, los autodenominados constitucionalistas se dedican a zaherir una y otra vez a quienes no se sienten españoles, últimamente con mayor dedicación al caso catalán.

Se manifiesta de ese modo la gran contradicción del nacionalismo español, que mientras afirma día y noche que Catalunya y Euskal Herria son parte inseparable del solar patrio, proclaman al mismo tiempo su desprecio a lo que estas naciones representan, a su cultura o a su lengua.

Estoy convencido de que si lo que figuradamente llamamos Madrid, y que podría haberse llamado Toledo o Valladolid pero nunca Bilbao o Barcelona, hubiese obrado con un poco de inteligencia, intentando entender las distintas sensibilidades nacionales de la península, hoy en día el independentismo sería una opción muy minoritaria en Euskal Herria y en los Països Catalans.

Si algo ha exacerbado la fiebre independentista en estos últimos años ha sido la falta de comprensión manifestada por los dirigentes de PSOE y PP. Tan sólo han sido capaces de pactar o mercadear con vascos o catalanes cuando carecían de la mayoría absoluta en su Parlamento. E incluso en esos casos, han negociado siempre con desgana, para acabar por incumplir, en la mayoría de ocasiones, lo pactado.

Este seis de diciembre, 34 años después, vuelve a mostrarnos la verdadera faz de un Estado incapaz de reiventarse. Un Estado en apuros y sin ideas, en el que algunos políticos quieren levantar la descolorida bandera del federalismo, en el que nunca han creído, mientras los más enarbolan la del centralismo, abominando incluso de lo que hasta ahora se ha conocido como estado de las autonomías, ese batiburrillo que se inventaron sobre la marcha para seguir agarrando del cuello las ansias de libertad de catalanes, gallegos y vascos.

2012/11/26

Catalunya es más soberanista

Representantes de las CUP celebrando el éxito
Las elecciones autonómicas catalanas del domingo han sido lo más próximo a una consulta soberanista. Pero no ha sido una consulta directa, y otros factores concatenados, como la crisis económica y los recortes ligados a ellas, o la ofensiva mediática sobre la supuesta corrupción de las familias Mas y Pujol, han podido influir, distorsionando de alguna manera los resultados.

Por su parte, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha querido centrar los comicios en su apuesta personal por una consulta sobre el derecho a decidir, y en ese sentido los números no le han sido propicios, ya que en vez de ganar apoyos, los ha perdido, aunque de forma bastante limitada. La coalición Convergencia i Unió (CiU) ha obtenido, sobre un censo de 3.657.450 votantes, la cifra de 1.112.341 votos, apenas unos noventamil menos que los 1.202.830 reundios en las anteriores elecciones, en las que ovtuvo 62 escaños sobre 135. Ahora ha logrado 50 asientos en el Parlament, doce menos.

Ante la consigna madrileña del batacazo de Mas y la petición de dimisión, esas son las cifras que hay que manejar. Y aquí viene lo más interesante. Los votos obtenidos por CiU en noviembre de 2010 eran votos nacionalistas, por supuesto, pero logrados en una campaña muy distinta a la actual, en la que el candidato ha pedido el apoyo de los ciudadanos para llevar adelante una estrategia nítidamente soberanista. De ello se deduce que esos votos reúnen una calidad especial, ya que CiU se ha despojado en esta ocasión de su proverbial ambigüedad y ha acudido a los comicios sin disfraz.

En resumen, que valen más los 1.112.000 votos soberanistas de ahora mismo que los 1.202.000 medio pensionistas de hace dos años. En el aspecto soberanista, idéntico valor guardan los votos obtenidos por Esquerra, ICV o la CUP, formaciones que también han sido claras. por lo que se puede afirmar que las elecciones han sido un buen ensayo de consulta soberanista. Un ensayo en el que las fuerzas políticas que se han decantado por el soberanismo han logrado un rotundo éxito.

El ejercicio es muy sencillo. En un primer grupo, soberanista, se colocan los votos obtenidos por CiU, ERC, ICV, CUP, Solidaritat y Reagrupament (en el 2010) y en un segundo grupo, antisoberanista y/o españolista, los logrados por PSC, PP, Ciutadans, Plataforma per Catalunya y UPyD. Habría que realizar dos aclaraciones. Que la ubicación del PSC en ese segundo bloque debería estar muy matizada, ya que en su seno hay corrientes sobreanistas, pero se hace así por claridad interpretativa. La segunda es que existen votos sin colocar en ninguno de los dos grupos principales, debido a la dificultad de hacerlo. Es el caso de Escons en Blanc (27.874), PACMA (20.777) Partido Pirata (17.942) o Farts.cat (11.675).

Vamos a ello, siempre según los datos oficiales ofrecidos en la web de la Generalitat. El bloque soberanista logró en las elecciones autonómicas del año 2010 un total de 1.795.582 votos, mientras que en éstas ha logrado 2.140.317. El aumento obtenido por las candidaturas soberanistas ha ascendido, por tanto, a los 344.735 votos. Por su parte, el bloque antisoberanista y/o españolista aglutinó en 2010 un total de 1.149.005 votos, mientras que ahora ha sumado 1.344.149 sufragios. El aumento experimentado se cifra en 195.144 votos más.

Teniendo en cuenta que la abstención ha descendido del 41,22% al 30,44% y que los votos válidos han crecido en cerca de medio millón, resulta que de ese trozo de la nueva tarta las formaciones soberanistas se han adueñado del 63%, quedando el resto del ascenso para las formaciones antisoberanistas y/o españolistas.

De las cifras expresadas se deduce que han crecido los apoyos al soberanismo en mayor medida que los cosechados por el antisoberanismo y/o españolismo y que la distancia entre ambos bloques, teóricos pero aclaratorios del panorama general en esta cuestión transversal,es ampliamente favorable al primero de ellos. Son cerca de 800.000 votos, concretamente 796.168 sufragios, por los 646.577 que sumaban de más en noviembre de 2010.

No sabemos que va a pasar en lo referente a la concreción del nuevo gobierno de la Generalitat, las alianzas que se puedan producir, ni el calendario sobre una posible consulta sobre el derecho a decidir. Lo que sí sabemos es que el soberanismo, en su más amplio esprecto, parte con clara ventaja. Podrán desgañitarse los medios de comunicación de Madrid y las fuerzas políticas españolas, pero el Principat es hoy más soberanista que ayer, con el plus cualitativo de que las fuerzas políticas que se reclaman del soberanismo/independentismo han expresado sus intenciones en sus respectivos programas electorales. A partir de ahora, que nadie se llame a engaño, porque Catalunya es más soberanista que nunca. 

2012/11/22

Todos contra Bildu

Mario Fernández y Xabier Iturbe Foto: elpais.com
El candidato a lehendakari por el PNV, Iñigo Urkullu, y la recién elegida presidenta del parlamento de la CAPV, Bakartxo Tejeria, han insistido en la necesidad de llevar en esta legislatura una amplia política de acuerdos. Hasta ahí, aplausos. Lo que no parece compatible con esa política de acuerdos es la actuación llevada a cabo por los hombres de Joseba Egibar en la Kutxa. No es presentable que a toque de corneta del PNV, partidos y sindicatos que representan, en teoría, políticas muy dispares, se alien entre ellos con el único fin de impedir que Bildu presida la institución, cuando es quien ostenta, con mucho, el mayor número de consejeros: 35 de un total de 79, por 14 del PNV.

Se trata de una alianza anti-Bildu, similar a la que se formalizó en su día en Juntas Generales para reprobar al diputado de Medio Ambiente, Juan Carlos Alduntzin. Una política heredera del antiterrorismo, que se basa en implementar mayorías de bloqueo con el objetivo de evitar que una fuerza legítima y con gran apoyo popular en las urnas pueda ejercer sus funciones con naturalidad.

Kutxa, y por ende Kutxabank, no pueden convertirse en territorios comanches donde el PNV haga lo que le venga en gana. Donde el partido jeltzale compre votos a cambio de poltronas. Tienen que ser entidades serias donde se produzcan consensos entre las principales fuerzas, sin excluir, a priori, a ninguna de ellas, y mucho menos a la que reúne el mayor número de consejeros.

¿Qué se esconde detrás de esta política excluyente de Egibar, Iturbe y Fernández Probablemente un entendimiento a medio plazo con el PP en temas económicos de calado, en un paquete que puede incluir la adquisición por parte de Kutxabank de alguna entidad española fallida, la consolidación del Concierto Económico y algún tipo de compromiso para el futuro Gobierno de Urkullu sobre la financiación hasta su conclusión de la faraónica obra del TAV.

El tiempo nos irá desvelando si se trata de especulaciones o de futuras puestas en escena a las que, por desgracia, nos tiene demasiado acostumbrados el partido de Sabin Etxea. Por de pronto, quienes tras las últimas elecciones hablaron de mayorías abertzales en el Parlamento de Gasteiz, tendrán que reconocer que, al menos en Kutxabank, las mayorías no van por ahí, sino que se resumen en una vieja consigna rebautizada: todos contra Bildu.  

2012/11/19

Kutxabank y la banca pública

Los últimos acontecimientos en torno a las elecciones al consejo de Kutxabank no hacen sino confirmar la alianza anti-Bildu que lidera, de la mano del PNV, el ex Director General de Asuntos Jurídicos del BBVA, Mario Fernández. Un banquero que aterrizó en la BBK con el único propósito de fusionar las tres cajas de la CAPV y convertir el banco resultante en uno de los líderes financieros del Estado español.

La coalición del estatus quo conformada por PNV, PP y PSOE, y probablemente apoyada por los representantes sindicales de CCOO y Pixkanaka, está empeñada en que el viento fresco que puede llevar Bildu al consejo de Kutxabank no pueda soplar. Hay muchos intereses en juego y, como se dice en los círculos de poder, con las cosas de comer no se juega. Para estos sectores, sería un acto contranatura que cuatro consejeros de Kutxa designados por Bildu se sentarán en el máximo orgáno de gobierno de Kutxabank, porque podrían hacer peligrar las operaciones futuras ideadas por el tándem Fernández-Sánchez Asiain.

Operaciones que contemplan la compra de nuevas cajas en bancarrota para seguir aumentando el negocio en el Estado español de la empresa financiera con sede en Bilbao. Operaciones que seguirían la línea trazada por otras incursiones en el mundo inmobiliario por BBK y Kutxa, algunas de ellas bastantes ruinosas.

Dotar a Kutxabank de un perfil de entidad financiera nacional vasca no entra dentro de los parámetros de Fernández y cía, ya que ellos quieren jugar en otra liga, la española. Por eso carecen de interés en reforzar la presencia de Kutxabank en Nafarroa Garaia, haciendo competencia a La Caixa, que recientemente se ha hecho con el negocio de la CAN en ese territorio. Mucho menos en hacer inversiones en Ipar Euskal Herria, ayudando a mantener y crecer el tejido socioeconómico de esas zonas, parte de ellas muy desfavorecidas.

Ahora bien, ante la claridad meridiana de los planes de Kutxabank pergeñados por Fernández y su equipo, cabe la construcción de una estrategia alternativa, estrategia que no puede quedar limitada a la propia Kutxabank. Pase lo que pase en estas elecciones internas, conviene recordar que esta entidad está muy lejos de poder ser considerada un banco público como tal. Es más, cada día que pasa, cada decisión que se toma en su seno, la aleja más de ese modelo, para homologarla con la banca privada tradicional, espacio en el que se mueven a las mil maravillas Mario Fernández y su equipo de gestores.

Por todo ello, lo que toca reivindicar a la izquierda de este país, la política, la sindical y la de los movimientos sociales, es una banca verdaderamente pública, que tenga un papel activo ante la crisis económica en diferentes frentes. Tanto en lo que respecta al crédito a familias y pymes, como a la política de desahucios, como a la ayuda al tejido industrial en dificultades o la asistencia financiera al sector primario, por citar algunos ejemplos.

Si la banca pública no hubiera sido desmantelada en comandita por la socialdemocracia y la derecha neoliberal, ahora las instituciones podrían contar con una valiosísima herramienta de intervención para ponerla a disposición de los intereses de la mayoría social. La izquierda, acomplejada ante la ofensiva ideológica neoliberal, ha renunciado a las primeras de cambio a algunas de las propuestas básicas para construir una alternativa socioeconómica coherente. Hora es de recuperar para sus programas cuestiones como la nacionalización completa o parcial de la banca, único medio de poner freno a los disparates financieros de la derecha y la socialdemocracia que la acompaña.

La batalla de Kutxabank debe ser peleada hasta el final, en aras a la oxigenación de la entidad y el mantenimiento de sus señas de identidad más sociales, pero sin perder de vista que la guerra principal consiste en defender la necesidad de una banca pública potente y saneada, al servicio de las mayorías sociales del país, al margen del papel que vaya a jugar Kutxabank en el futuro mapa financiero vasco.

2012/11/12

Huelga no es sinónimo de panacea

Este miércoles está convocado en el Estado español un paro de 24 horas, al que casi todo el mundo llama huelga general cuando no lo es, por los sindicatos CCOO y UGT, y al que se han adherido algunos otros agentes como CNT, ESK, IU, Aralar o diversos colectivos sociales. La convocatoria oficial va contra los recortes y las reformas económicas, aunque los grupos minoritarios han añadido otra serie de reivindicaciones propias. Los sindicatos ELA y LAB no se han sumado al paro.

Lo primero que cabe decir ante este paro es que quienes lo convocan están en su derecho de hacerlo. Sobran razones para realizar una huelga de 24 horas, e incluso de mayor extensión. Cuestión distinta es que sea obligado sumarse al mismo, simplemente porque la situación sea difícil. Es necesario delimitar los fines de la acción de protesta y sopesar cómo han gestionado los convocantes huelgas anteriores.

En segundo lugar, el contexto es el que es. Venimos de una convocatoria de huelga en el mes de marzo, unida a la que la mayoría sindical vasca realizó el pasado mes de septiembre, la cual, dicho sea de paso, fue ninguneada por los convocantes de la actual. Repetir las convocatorias de huelga de forma contínua puede llegar a ser perjudicial para los intereses del movimiento obrero, sobre todo si la gestión de las mismas no es coherente.

Hay que reconocer que se extiende entre la clase trabajadora una doble convicción. Por un lado, que la huelga acotada a un día no es efectiva para parar a patronales y gobiernos neoliberales, como se está viendo en Grecia,  y unida a ella, que la pérdida salarial que comporta, si se repite cada poco tiempo, se nota en las economías familiares.

En resumen, no se vive un ambiente de entusiasmo a la hora de responder a la convocatoria, ni a ésta ni a las anteriores. Un ambiente en el que también incide directamente el miedo de muchos trabajadores a perder el puesto de trabajo. Y ahí entramos en otra de las grandes contradicciones de este tipo de protestas, y es que los miles y miles de desempleados no pueden sumarse a la huelga por carecer de empleo. Ahora bien, sí que pueden adherirse a las movilizaciones que completan las diferentes convocatorias.

He leído con interés opiniones en prensa e internet de sindicalistas, políticos o expertos, argumentando que el 14N es una buena oportunidad para protestar. Estoy de acuerdo. Pero también lo era el 26S y en ese caso no se les oyó tanto. En realidad, tal y como están las cosas, cualquier fecha es una buena oportunidad para protestar, pero el asunto es cuál es el objetivo de la protesta y qué se va a hacer al día siguiente de la misma. La huelga por la huelga no es una panacea.

Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo
La trayectoria pactista de CCOO y UGT está fuera de toda duda. Han contribuido a estampar su firma en muchas de las reformas laborales que se han venido produciendo en las últimas décadas y, en general, han tenido buena parte de culpa en la derrota estratégica de la clase obrera. ¿Se puede olvidar todo ese bagaje de un día para otro, solo porque el 14N es una oportunidad de protestar? ¿Se puede dejar a un lado la política vergonzosa de estas dos centrales en Nafarroa, marginando a ELA y LAB y yendo de la mano de patronal y gobierno de UPN?

No se trata de cobrar facturas atrasadas, sino de practicar el sindicalismo con un mínimo de coherencia y honradez. Nadie puede asegurarnos que el 15N los secretarios generales de CCOO y UGT no estén esperando ser recibidos por la ministra de Empleo y el presidente de la CEOE para consensuar una nueva vuelta de tuerca en pensiones, jubilaciones, contratación laboral o subsidios de desempleo. Esos dos líderes sindicales y sus respectivas ejecutivas se han ganado la desconfianza de muchos miles de trabajadores, para que ahora quieran maquillar su imagen con una convocatoria de huelga lanzada sin convicción, sin ambición, más que nada para cumplir el expediente y seguir aburriendo a los trabajadores con su mantra sobre la necesidad de realizar un hipotético referéndum sobre las reformas.

Posdata: En otra ocasión trataremos sobre la eficiencia práctica del paro de 24 horas como herramienta de combate obrero y sindical. Si es necesario alargarlo por un mayor periodo de tiempo o si habría que activar otros tipos de protesta que pusieran en apuros a los responsables de tantos y tantos atropellos contra el estado del bienestar y las conquistas sociales obtenidas en base al sufrimiento y la lucha de la clase trabajadora.

2012/11/09

¿Quién mató a Amaia Egaña?

¿Qué está pasando? ¿Hasta cuando vamos a aguantar la rapiña de la banca? ¿Cómo es posible que uno de los principales causantes de la crisis se cebe de este modo miserable contra los ciudadanos de a pie? La muerte de Amaia Egaña en Barakaldo pone a toda la sociedad ante el espejo. Un sistema que induce al suicidio de una mujer con empleo, casada y con un hijo, es un sistema aborrecible.

Los primeros datos que se manejan hablan de una familia normal, sin aparentes problemas económicos, pero a quienes se les iba a embargar la vivienda hoy mismo. La desesperación que ha llevado a Amaia a tirarse por el balcón refleja la gravedad de una situación legal injusta, que otorga todas las ventajas a la banca y que pone en el disparadero a quienes no pueden hacer frente al pago de su hipoteca.

El Gobierno español del PP y el PSOE dicen estar preparando medidas, como la moratoria en el embargo. Medidas que lejos de solucionar el problema de fondo, tan solo lo maquillarán. En primer lugar habría que conseguir que todos aquellos bancos que han sido nacionalizados, o hayan recibido ayudas públicas de cualquier tipo, no tengan capacidad de promover embargo de vivienda alguno. En segundo lugar, como ha planteado EH Bildu, que las viviendas en peligro de embargo pasen a depender de una oficina pública que las gestione, facilitando la permamencia de las personas en su vivienda a cambio de un alquiler social mientras se soluciona el problema de fondo. Y en esa solución debe aparecer la figura de la "quita", para que la deuda contraída pueda reducirse a términos asumibles por los afectados y con un periodo de pago razonable y pactado entre las partes. Si se hace con las empresas en apuros, existen muchas más razones para emplear ese método en el caso de familias con dificultades económicas.

Decir que la banca engaña, manipula o roba no es decir nada nuevo. Ya lo dijo Emile Zola en el siglo XIX. Lo importante es que la sociedad, las instituciones, en definitiva los mecanismos democráticos, funcionen de verdad y pongan remedio a este escándalo social, tal vez la consecuencia más sangrante de la crisis, junto al desempleo masivo que padecemos.

Diría más. Sin ser experto en asuntos constitucionales, y no guardando simpatía al texto de 1978, éste dice en su artículo 47 que: "Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada". Que se sepa, el artículo continúa vigente, por lo que el empeño de bancos y cajas por arrebatar la vivienda, bajo el pretexto de no tener al corriente los pagos de la hipoteca, podría considerarse anticonstitucional. Me gustaría que alguien con conocimientos adecuados en la materia estudiase la posibilidad de emprender acciones jurídicas en ese sentido.

¿Quién mató a Amaia Egaña? me preguntaba en el título de este comentario urgente. Los más cínicos contestarían que ella misma. Pero si somos honrados intelectualmente, tendremos que decir que los causantes de esa muerte son varios. En primer lugar la banca, en su inmoral afán de quedarse con el mayor número de viviendas posible. En segundo lugar la institución judicial, que en la gran mayoría de ocasiones se pliega a los deseos de los primeros, en detrimento de los ciudadanos. En tercer lugar los ejecutivos central y autonómicos, que no han tomado iniciativas que acaben de forma efectiva con esta práctica vergonzosa. En cuarto lugar los partidos, sindicatos y agentes sociales que no han hecho lo suficiente por concienciar a la sociedad con este asunto y construir un potente movimiento antidesahucios que presione para reducir los efectos de la plaga. En quinto lugar la sociedad en su conjunto, que asiste atónita a los cientos y cientos de desahucios que se están produciendo y que tan solo reacciona cuando se da una muerte como la de Amaia. Todos tenemos nuestra cuota de responsabilidad.

Una mujer ha perdido la vida inducida por el acoso judicial instado por un banco. Es una tragedia social que destroza la vida de ella y de su familia y amigos. Pero no debería ser una muerte inútil. La decisión de Amaia tendría que alertar a la ciudadanía para hacer funcionar los resortes que impidan que otro caso semejante se produzca en cualquier ciudad o pueblo de nuestra geografía. Que ninguna otra Amaia tenga que sacrificar su vida por culpa de una hipoteca.


2012/10/31

PSOE "vasquista", ese oxímoron

Bajan turbias las aguas en el Partido Socialista Obrero Español, muy turbias. Las sucesivas derrotas electorales le han llevado a perder casi todo el poder que atesoraba hace poco tiempo y ha sembrado las dudas sobre el futuro de una organización dividida y deshilachada. No existe un solo PSOE, sino que los hay en distintas versiones. Está el de Rubalcaba y está el de Chacón, el de Griñan y el de Bono, el de Extremadura y el de Catalunya, el de Patxi López y el de Roberto Jiménez.

Particularmente me importa poco el futuro de esas siglas, aunque supongo que ellos sabrán manejarse para no caer en la irrelevancia. Lo que sí me interesa es la postura que adopten las sucursales de la CAPV y Nafarroa ante los acontecimientos que se van a vivir en un futuro próximo. Aún perdiendo todo lo que han perdido, tanto el PSE como el PSN siguen representando el sentir político de miles de ciudadanos de Euskal Herria, y por tanto, conviene auscultar el pulso a ambas franquicias.

En las recientes elecciones autonómicas, el PSE ha quedado en tercer lugar, a bastante distancia de EH Bildu. El día en que Yolanda Barcina decida comcluir la legislatura y convocar elecciones, sus compañeros del PSN se pueden echar a temblar. A día de hoy nadie les  asegura un puesto de honor en la disputa y es posible que se queden en un incómodo cuarto lugar, por detrás de UPN, EH Bildu y Geroa Bai y pendientes de los resultados del PP y Ezkerra.

Roberto Jiménez y Patxi López

Es cuento viejo que determinados estrategas del abertzalismo, tanto del tibio como del más enjundioso, han contemplado siempre en sus cálculos a futuro una evolución "vasquista" del PSOE. Se trata de barruntar que, en un escenario de decisión, este partido opte por alinearse con las históricas tesis defendidas en la posguerra por el Comité Central Socialista de Euzkadi. Unas tesis que han tenido valedores de fundamento en el partido, como el doctor Madinabeitia o el malogrado Antonio Amat. Defender el derecho de autodeterminación del pueblo vasco no tiene porque ser incompatible con el mantenimiento de una determinada política socialdemócrata en el Estado español. Pero que no sea incompatible no quiere decir que sea probable, sino más bien que tan solo sea esgrimido por determinadas personalidades de esa corriente política.

La virulenta reacción del ministro francés de Interior, Manuel Valls, de origen hispano, ante la petición de un tímido reconocimiento territorial para Ipar Euskal Herria por parte de un grupo plural de electos, da una idea aproximada de por dónde anda la socialdemocracia a ambos lados de los Pirineos.

En todo caso, el debate interno que tendrán que afrontar los militantes del PSOE en Euskal Herria es una cuestión que les atañe a ellos de forma exclusiva. No vamos a entrar aquí a especular sobre sus resultados, pero todo parece indicar que seguirán siendo decepcionantes en el tema que nos ocupa.

Cuando se llevan décadas observando la realidad política vasca es necesario despejar algunas dudas que para algunas gentes se convierten en existenciales. Hay quien sigue especulando con que el PNV resuelva su famosa encrucijada convirtiéndose en un partido independentista a mayor gloria de Luis Arana y Eli Gallastegi. Otros hemos descartado esa posibilidad hace tiempo. El PNV es y seguirá siendo un partido nacionalista moderado, tendente al centro y enemigo de aventuras. Ese es su ADN y ese es el secreto de su éxito.

Con el PSOE de las provincias vasco-navarras ocurre algo parecido. Siguen existiendo gentes de buena fe que confían en un cambio de su ideario hacia posturas "vasquistas", apelativo del que, por otra parte, nadie conoce su verdadero alcance. Otros, menos optimistas, consideramos que la crisis que ahora padece el viejo partido de Pablo Iglesias concluirá con un cierre de filas en torno a una organización más cohesionada en el ámbito español, que probablemente deje fuera de sus filas al PSC catalán y priorice la marca PSOE en todas y cada una de las "nacionalidades y regiones" de las que habla la Constitución española de 1978. De veleidades autodeterministas, nada de nada.

¿Qué hacer entretanto? En una mirada a largo plazo, la única opción que puede resultar interesante para las aspiraciones vascas a la autodeterminación consiste en que la autodenominada "izquierda federal", encarnada en torno a las siglas IU (Ezker Anitza, Ezker Batua, Ezkerra) vaya aquilatando apoyos del ámbito electoral del PSOE. El fortalecimiento de esa corriente en detrimento de un partido socialista cada vez más débil, como acaba de ocurrir en Galiza, podría ser la llave para la construcción de una gran mayoría por el derecho a decidir en todos los territorios de Hego Euskal Herria.

Mientras ese proceso de trasvase se concreta, si es que lo hace, la izquierda soberanista deberá profundizar en su papel de alternativa socioeconómica a las recetas neoliberales que se plantean desde el centro-derecha. Una alternativa que, de lograr aumentar su credibilidad en el nuevo tiempo que se está abriendo, puede llegar a incidir por sí misma en las bases históricas de la socialdemocracia, que hasta ahora se han visto representadas de forma exclusiva por PSE y PSN.    
 

2012/10/26

¿Ha tocado techo la izquierda soberanista?

Txomin Ziluaga gogoan

Una pregunta recorre los pensamientos de mucha gente de la izquierda soberanista conformada en las siglas EH Bildu: ¿hemos tocado techo? Y utilizo el término izquierda soberanista para incluir a todos los socios que integran la citada coalición y a los pequeños grupos que han pedido el voto desde fuera de la plataforma electoral, que también los ha habido.

Los resultados del pasado domingo han dejado un sabor agridulce, porque a la alegría de conformar una fuerza parlamentaria importante, con el 25% del voto emitido, se le ha unido la decepción de no haber protagonizado el sorpasso del que tanto se ha debatido durante los meses anteriores. El anhelo de ser la primera fuerza electoral en el ámbito en que se disputaban los comicios.

Son muchas las circunstancias que han concurrido para influir en que los resultados hayan sido los conocidos. Me limitaré a apuntar algunas de ellas, pero ciñéndome a la campaña en sí. En primer lugar hay que reconocer que el objetivo residía en ganar, o al menos, en disputar la victoria con el PNV. Nombrar una candidata a lehendakari, designar una especie de gobierno autonómico in pectore, hacerse la foto en el balcón del Hotel Carlton o las referencias a José Antonio Agirre como ejemplo de líder de un Gobierno Vasco plural, así lo confirman. Las propias intervenciones de Arnaldo Otegi terminan con la consigna de "sonreír, porque vamos a ganar". Ya sé que no se refiere a unas elecciones concretas, sino que lo expresa en sentido global, pero el poso ahí queda.

Cuando el objetivo es ganar o estar a punto de ello y los resultados lo desmienten, al obtener un magnífico segundo puesto, pero a seis escaños y unos 100.000 votos respecto al ganador, es evidente que algo no ha funcionado. No es la debacle, ni muchísimo menos, pero sería engañarse a uno mismo no reconocer que se esperaba algo más.

Tal vez uno de los déficits de la campaña haya residido en no señalar con claridad la composición de la coalición y el esfuerzo unitario que ésta supone. Me explico. Designar una candidata a lehendakari, por encima de las cuatro fuerzas presentes, supone priorizar esa apuesta sobre las entrañas de la unidad electoral. Al final, da la impresión que EH Bildu es una simple sucesora de anteriores formaciones de la izquierda abertzale, cuando supone un salto cualitativo respecto a esos proyectos. En EH Bildu, además de la presencia de la izquierda abertzale, se concitan otros vectores políticos, como Alternatiba, proveniente de Ezker Batua, Eusko Alkartasuna, proveniente del nacionalismo institucional y la propia Aralar, escisión en su día de Batasuna. Esa acumulación de fuerzas ha quedado en un segundo plano, se ha dado por hecha, lo que ha podido tener sus consecuencias a la hora de arrastrar el voto de antiguos votantes de algunas de las fuerzas concurrentes, como EA, Aralar y EB.

Todo el mundo sabe en este país que EH Bildu tiene un claro componente soberanista/independentista. No es necesario remarcarlo cada día, se da por conocido. Sin embargo, en una etapa de crisis económica galopante, ha podido faltar un perfil de izquierda social más nítido, si bien el programa presentado guardaba muchas virtualidades en temas como desahucios, salario mínimo, ayudas sociales, sanidad o educación. No obstante, la impresión que me queda es que no se ha potenciado lo suficiente esa vertiente. La prueba más clara es que, pese a ir en dos listas enfrentadas, las candidaturas de la izquierda "federalista" han reunido casi 50.000 votos.

En ese sentido, introduzco un apunte. La banca es una de las principales protagonistas de la crisis, a lo que se ha unido una política institucional disparatada, que ha derrochado importantes recursos públicos en obras faraónicas, algunas de ellas inservibles. Creo que la izquierda soberanista debe incidir con mayor firmeza en la necesidad de una banca pública y en la continuidad de Kutxabank como entidad financiera de carácter social. No se puede admitir que se homologue cada vez más al modelo del BBVA.

Otra cuestión que debe ser estudiada es la existencia de núcleos críticos que han podido mostrar su insatisfacción optando en esta ocasión por la abstención. Las causas aducidas para esa determinación pueden ser varias, como la falta de solución a la situación de los presos, la gestión institucional en Diputación y ayuntamientos, la nostalgia de planteamientos anteriores más izquierdistas o la misma suposición de que todo estaba hecho y un voto más o menos no va a ningún lado. Seguramente que algunos de quienes optaron por no votar estarán a día de hoy arrepentidos, pero ya no tiene remedio.

En todo caso, centrar en el tema electoral todas las cuestiones que implican la situación política vasca es un error. Más si tenemos en cuenta que se trataba de unas elecciones parciales en lo territorial. Probablemente algunos socios de EH Bildu están acostumbrados en primar las contiendas electorales sobre otros aspectos más estratégicos, pero no debería ser ese el pulso central de la coalición. Y me viene a la mente la práctica ausencia de Nafarroa Garaia e Iparralde en la campaña.

Y tras esta serie de apuntes, volvemos al principio del comentario. ¿Ha tocado techo electoral en la CAPV la izquierda soberanista? He recogido opiniones contrapuestas en mi entorno. Unos dicen que sí, teniendo en cuenta anteriores resultados, como la suma EH+EA en 1998 que dio 20 escaños, por ejemplo, mientras otros afirman que el bloque soberanista está en construcción y todavía puede aspirar a mejorar ese 25% del voto en las urnas.

Yo no me decanto por ninguna de las opciones y prefiero dejar la pregunta en el aire. A favor del sí está la circunstancia de que una ola como la que ha vivido este sector político es díficil que se vuelva a reproducir, incluyendo el anuncio del cese de la actividad armada por parte de la organización clandestina ETA. Siguiendo esa lógica, si ahora no ha podido ser, en el futuro todavía menos.

A favor del no, y por tanto de la posibilidad de romper el actual techo se une el desgaste que la gestión de la crisis acarreará sin duda al PNV; la imparable caída del PSOE o la incapacidad de la izquierda "federalista" en construir una alternativa creíble. Hay espacios políticos para crecer, sin olvidar a los núcleos abstencionistas ya citados. Otro factor a tener en cuenta sería la futura estructuración de Sortu como movimiento político estable y legal de la izquierda abertzale, que sin duda superará actuales carencias organizativas.

En resumen, la contestación a la pregunta que figura en el título de este comentario no puede ser estática sino dinámica. El que la respuesta se decante por el sí o el no estriba en los pasos que se vayan dando en el seno de las fuerzas presentes en la suma y en la propia coalición como tal. No hay más secretos que hacer las cosas bien; huir del electoralismo; realizar una gestión honesta allí donde se esté presente; evitar la querencia por poltronas y privilegios y mantener en todo momento la conexión con los votantes y la ciudadanía en general. El día en que se dejen de auscultar los latidos del corazón del pueblo, se acabará la acumulación de fuerzas.


Estekak:

2012/10/22

Un cierto sabor a rancio

Foto: www.cadenaser.com
Los resultados de las elecciones al parlamento de la CAPV nos han impregnado un cierto sabor a rancio. Una sensación de que esto ya lo teníamos visto y de que los votantes, el grueso de los votantes mejor dicho, optan por papeletas conservadoras a la hora de enfrentar situaciones de crisis. Y si existe una papeleta conservadora, en el sentido de que está identificada con las esencias del alma de este país, esa es la papeleta de EAJ-PNV.

No quiero decir que votar al PNV sea un ejercicio de conservadurismo en el sentido político convencional del término, ya que se trata de un partido más bien centrista en lo social, aunque aliado de los poderes económicos. Utilizo el término conservador en el sentido de no variar las grandes claves institucionales de la Comunidad Autónoma del País Vasco.

Sería necesario poseer datos más precisos para redondear un análisis en profundidad sobre el trasvase de votos, pero todo parece indicar que una franja de votantes habituales de PSOE y PP han decidido en esta ocasión otorgarle su confianza a Iñigo Urkullu, para que gestione estos nuevos tiempos politicos con su proverbial mesura y discrección. Probablemente será una pequeña franja de votantes, pero lo suficientemente efectiva para contribuir a elevar un dique que remanse las revueltas aguas que venía llevando Bildu/Amaiur al escenario político vasco.

El PNV, que ha perdido tres escaños desde las últimas elecciones, aparece como el gran triunfador de la jornada, pese a quedarse a once paralmentarios de la mayoría absoluta. Lo que ocurre es que los números de los demás grupos no dan para poner en marcha ninguna alternativa mínimamente coherente, al menos a día de hoy. Urkullu gobernará en minoría y tan solo EH Bildu está en condiciones de plantearle una oposición con fundamento. El PSOE se encuentra en la posición más débil en décadas y al PP le conviene mantener al Gobierno Vasco sobre aguas tranquilas, para evitar una contaminación a la catalana.

Queda por ver dónde pondrá el acento el Ejecutivo jeltzale, si se centrará en exclusiva en gestionar la crisis económica, sacando a la luz los supuestos agujeros contables de sus antecesores, o si tendrá alguna voluntad de colocar a Euskal Herria en el mapa de las naciones europeas sin Estado que aspiran a la soberanía, mapa en el que en las últimas semanas se ha unido Catalunya a Escocia y Flandes. En un principio, estimo que Urkullu y su partido no se van a entusiasmar con el órdago de Mas y preferirán un perfil más bajo para sus aspiraciones en el ámbito nacional.

Otra lectura interesante es la que concierne al desgaste político que ha podido sufrir la coalición soberanista en Gipuzkoa y especialmente en Donostia. La sensible ventaja que atesoraba frente al PNV se ha esfumado en el territorio, y en la capital ha sido superada en votos de largo por el PNV y con un pequeño margen por el PSOE. A ese desgaste relativo ha podido contribuir la troika opositora conformada por PNV.PSOE-PP en Diputación y Ayuntamiento, así como el ruido mediático anti-Bildu que han exacerbado algunos medios de comunicación guipuzcoanos. En todo caso, era de esperar, si bien es posible llevar a cabo una política de comunicación de ambas instituciones más incisiva, explicando sin remilgos a la población el por qué de las medidas que se vienen adoptando.

En el haber de EH Bildu hay que destacar el sorprendente resultado obtenido en el territorio alavés, donde su sensible subida de votos, unida al desplome de PP y PSOE, la convierten en segunda fuerza política del territorio, por detrás del PNV, que logra un muy buen resultado. La pujanza de EHB queda un tanto deslucida en el caso de Gasteiz, al ser cuarta fuerza, pero, eso sí, a menos de 3.500 votos de la primera.

Los pinchazos de EH Bildu en las capitales son evidentes, aunque unos más que otros. En el territorio vizcaino la coalición ha logrado una meritoria segunda posición, ahora bien a más de cien mil votos del PNV, distancia que se entiende examinando los datos de Bilbao, ciudad en la que los soberanistas son cuarta fuerza, detrás incluso del PP y a nada menos que 37.000 votos del partido vencedor, el intocable PNV.

Para terminar por hoy con estas nuevas elecciones, conviene señalar el desastre acontecido con las tres listas de izquierda que se han presentado divididas, aunque tengan orígenes similares. IU-Ezker Anitza, Ezker Batua y Equo han cosechado un total de 59.000 sufragios, muy por encima de los 21.000 de UPyD, pero las guerras cainitas que han protagonizado las dos primeras listas, ya que el proyecto de Equo es cosa aparte, han enviado todos esos apoyos a la papelera, ya que no han logrado ningún representante en el parlamento. Cuando el desgaste y la debilidad del PSOE es enorme, no han sabido aprovecharlo, al revés de lo acontecido en Galicia con la exitosa coalición entre nacionalistas e IU que ha logrado 9 diputados, superando de ese modo al histórico Bloque.

 
Estekak:

2012/10/16

Una jornada particular

Foto: www.elmundo.es
El próximo domingo no va a cambiar la historia de Euskal Herria. Porque son contadas las elecciones que han cambiado la historia de los pueblos y porque los comicios ante los que nos enfrentamos tan solo atienden a una parte del país. Una parte importante, eso sí, pero en todo caso incompleta.

Nunca he sido amigo de electoralismos desenfrenados y mucho menos de encuestas. La única que tiene algún valor es la real, la del domingo, pero tampoco es concluyente. No hace falta haber leído "La ley del número", de Ricardo Mera, para saber que es una proporción muy pequeña de la población total la que decide al fin y a la postre quien va a gobernarnos a todos, sea cual sea la postura adoptada ante las urnas.

Por lo tanto, sin querer entrar en prolijos porcentajes y en farragosas cifras, hay que hacer un sano ejercicio de relativización ante lo que nos espera a partir de la noche del domingo. Si se echa una mirada a las encuestas, la que más parlamentarios concede a una sola fuerza los eleva a 28, diez menos que la mayoría absoluta. Se trata del PNV, que cedería dos escaños respecto a los anteriores comicios, en los que no existió candidatura de la izquierda abertzale, aunque sí las hubo de Eusko Alkartasuna y Aralar, actuales integrantes de EH Bildu.

Quiero decir que lo más probable es que la fuerza mayoritaria sea en realidad minoritaria respecto al total del censo de la CAPV y no digamos respecto a su población, incluyendo en ella a abstencionistas y gentes sin derecho al sufragio, sea por edad o por origen.

Por cierto que en el reciente acuerdo entre Cameron y Salmond para pactar los términos de la consulta sobre la posible independencia de Escocia, gozarán de derecho a voto los censados mayores de 16 años, medida que habría que adoptar aquí de forma inmediata. En mi opinión, la franja de población comprendida entre los 16 y los 18 años debería poder ejercer el derecho a voto en todos los comicios, sin límite alguno.

Además, el sistema electoral con el que contamos es imperfecto por variados motivos. En lo que a estos comicios respecta, distrae la ecuación una persona=un voto, al establecer una cifra igual de parlamentarios para cada territorio (25), cuando la población de Gipuzkoa, y sobre todo la de Araba, es muy inferior a la existente en Bizkaia. A ello debemos añadir la utilización del método D'Hondt para dirimir el reparto de escaños; las listas cerradas y bloqueadas; el distrito electoral provincial y demás factores desequilibradores de lo que sería una democracia real o cuasidirecta.

Entretanto se realizan las reformas necesarias para perfeccionar el sistema electoral, nos encontramos ante un abanico de posibilidades que, a tenor de la opinión extendida en los medios, se resume en dos candidaturas con opciones al triunfo: EAJ-PNV y EH Bildu. Una bonita muestra de escritores, deportistas y politólogos ha dado la cara por el candidato Urkullu, por que le conocen y les otorga confianza. Tienen pleno derecho a hacerlo, pese a que algunos se hayan disculpado, insistiendo en que no han pedido de forma expresa el voto. No era ese el objetivo de ezagutzendudalako, claro está. El objetivo era que el candidato jelkide estuviera rodeado de personalidades que destacaran su perfil, un tanto plano, al parecer.

En mi caso, no conozco a Urkullu, sino a candidatos de la otra candidatura con opciones. A Laura Mintegi, a Xabier Isasi, a Periko Solabarria... gentes que me transmiten confianza y para quienes tampoco voy a pedir el apoyo de forma expresa. Porque lo tienen desde hace mucho tiempo y lo seguirán teniendo, sean o no candidatos.


2012/10/10

Bergaminianas (10)

91/ Recordatorio: Orreaga fue fortaleza vascona contra el invasor. No malgastemos su nombre en vano.

92/ La soberanía se tiene o no se tiene. No queremos más soberanía, porque ninguna tenemos. Lo que queremos es la soberanía.

93/ Diferencia: Los parisinos tomaron La Bastilla, los madrileños rodean las Cortes.

94/ El café para todos de 1979 se ha convertido en el todos sin café de 2012.

95/ Díjole un liberal a un carlista: Vascos somos y en el camino nos entenderemos.

96/ Matemáticas: Si queremos alcanzar el 4 plus 3 no podemos apostar por la independencia en porciones: ahora la CAPV, luego Nafarroa, algún día Iparralde.

97/ Disparates anteriores: Cuba, Filipinas y Puerto Rico (1898), Guinea Ecuatorial (1968) Sahara Occidental (1975), Catalunya (¿?)

98/ Palingenesia catalana: Hace 35 años se demandaba "Llibertat, Amnistia, Estatut d'Autonomia"; hoy el grito es "In-inde-independència".

99/ Pesadilla de Rajoy: Ahora que estamos a punto de suprimir las fronteras con Merkel, estos catalanes quieren levantar unas nuevas contra nosotros.

100/ Autobusean: Lekunberriko aitona eta amonaren arteko elkarrizketa, Euskal Herriko euskara gardenena.

2012/10/05

CAN-La Caixa, adiós al modelo uniprovincial

Cualquier ciudadano que pasee estos días por las ciudades y pueblos de Nafarroa Garaia verá que las antiguas oficinas bancarias de Caja Navarra han variado su fachada. Ahora se ven señalizadas por el anagrama de la vieja caja absorbida, CAN, acompañado por la estrella de Miró, logotipo ultraconocido de CaixaBank. En cambio, las oficinas que Caja Navarra mantenía en otros territorios vascos han pasado a estar decoradas de forma similar a cualquier otra de la entidad catalana.

El privilegio de las oficinas navarras es una simple concesión, seguramente temporal, que durará lo mismo que el apellido Guipuzcoano de las oficinas del Banco Sabadell. Los directivos de CaixaBank saben bien que cuando se compra una entidad más pequeña no conviene humillar a sus clientes. Caja Navarra no existe ya en el Registro Mercantil, pero sus siglas figuran en las oficinas, para consuelo de Miguel Sanz y cía.

Caja Navarra se constituyó el 17 de enero de 2000, al absorber la Caja de Ahorros de Navarra, creada en 1921, a la más antigua Caja Municipal de Pamplona, fundada en 1872. La historia centenaria comenzó a difuminarse cuando, en aras a una estrategia de expansión enloquecida, Caja Navarra lideró la constitución de Banca Cívica, con otras cajas del Estado español, en el año 2010.

Foto: www.negociosennavarra.com
La fusión fría fracasó, los intentos de entrada de una compañía de inversiones estadounidense, JC Flowers, especializada en salvar quiebras, no prosperaron, la salida a bolsa fue un fiasco y, al final, Banca Cívica, incluida Caja Navarra, tuvo que aceptar la situación y acometer su entrada y disolución en el gigante CaixaBank.

El empeño ideólogico del equipo de Enrique Goñi, gestor de la entidad navarra y hombre de confianza de UPN, para no comprometerse de ningún modo con las cajas vascas, ahora Kutxabank, ha dejado a la CAN en manos de una entidad catalana. Cuestión de gustos.

Lo que quería decir, rememorando este lamentable episodio político-financiero, es que la viabilidad de la autonomía uniprovincial, defendida con uñas y dientes por UPN y PSN, empieza a hacer aguas. Si a esto añadimos el conflicto existente con el asunto fiscal de las exportaciones de automóviles de Volkswagen Navarra, podemos asistir en breve tiempo a un verdadero colapso de la economía en este territorio.

Hasta este momento todo parecía indicar que el modelo uniprovincial era viable y provechoso para los ciudadanos navarros. Por el momento, se han quedado sin su principal entidad financiera, un mal presagio que el entorno político-mediático de Iruñea intentará disimular con paños calientes. Intento vano. ya que lo sucedido significa el primer aviso serio de derrumbe de un proyecto artificial, que carece de sentido sin la colaboración y unidad de acción con el resto de territorios vasco-navarros.

2012/09/28

La transformación de Convergencia

Artur Mas es recibido en la plaza Sant Jaume
A veces, para ver más clara la situación propia es necesario ampliar el enfoque y observar situaciones ajenas. En la coyuntura que estamos atravesando se hace ineludible realizar una mirada sobre Catalunya, la parte de los países catalanes que hoy por hoy atesora una mayor conciencia nacional. Nadie puede ignorar que la resolución adoptada en su Parlament, en favor de una consulta sobre la autodeterminación, es un paso significativo en una dirección que supera con creces el autonomismo educado que lideró en su día el honorable Jordi Pujol.

La convocatoria de elecciones anticipadas en clave plebiscitaria, más el proyecto de consulta soberanista futura, han sido las consecuencias inmediatas de la gigantesca manifestación de la Diada y del portazo de Mariano Rajoy en Moncloa a la petición de concierto económico de Artur Mas.

De todos es sabido que los procesos históricos sufren inesperados cambios de ritmo, que el agua que estaba estancada en el embalse por treinta años puede desbravarse en pocos días si las condiciones así lo facilitan. Probablemente eso es lo que está ocurriendo en el Principat, dónde hasta los diputados del PSC se sienten confundidos y no saben cómo hacer frente de forma unida a la marea independentista que les desborda. Alguno, como Ernest Maragall, ha decidido pasarse a la nueva mayoría, rompiendo la disciplina de voto y declarando su total desacuerdo con la posición de Rubalcaba.

Descontada la postura de ERC y Solidaritat, lo que más llama la atención es el paso adelante dado por Convergencia Democrática y. en menor medida, por la Unió de Duran i Lleida. El partido de Mas parece haber resuelto su encrucijada en favor del soberanismo, de un salto cualitativo en el reconocimiento internacional de la realidad nacional catalana.

Este cambio, liderado por un político que hasta ahora había dado incontables muestras de mesura, sorprende a un observador no catalán. Posiblemente, en el seno de los hogares de Catalunya, no habrá habido sorpresa alguna, dado el hartazgo existente respecto a la posición de cerrazón de Madrid. Es evidente que desde el cepillado del Nou Estatut, el recurso del PP ante el TC y el dictamen de éste órgano, a la leña acumulada sólo le hacía falta acercarle una cerilla en forma de Diada multitudinaria.

He sido tradicionalmente escéptico sobre las posibilidades de contemplar una Catalunya Lliure en el concierto europeo. Y digo he sido, porque en este momento ya no lo soy. La palabra que más se repite en los medios digitales catalanes es independencia, y eso quiere decir que la etapa de la autonomía se da oficialmente por concluida.

Nunca pensé que Convergencia fuese capaz de pilotar un proceso soberanista, ya que habrían tenido que ser ERC y el independentismo histórico quienes realizasen tal labor. Sin embargo, los continuos errores de los republicanos han puesto en bandeja a Mas la posibilidad de pasar a la historia como el líder que llevó a Catalunya a los umbrales de su soberanía.

Las diferencias de Catalunya con Euskal Herria son numerosas en muchos ámbitos, pero si la situación social y el empuje de los movimientos sociales, en este caso liderados por la Assemblea Nacional Catalana, han conseguido variar el rumbo de la política conciliadora de CiU y ponerla al servicio del soberanismo, nadie puede descartar que en nuestro país pueda ocurrir algo similar con el PNV. No es muy probable, visto lo visto, pero si a mí me dicen hace tres meses que Mas iba a ser recibido a su vuelta de Madrid con gritos de independencia, como líder de un país en marcha, las carcajadas se hubieran oído en las Filipinas.

Estekak:

2012/09/23

Ni cristianos, ni generosos

"Que se muera en la cárcel" no es un mensaje cristiano, o por lo menos eso es lo que yo aprendí de chaval, pese a reconocer que no soy experto en cristianismo. Sin embargo, ese mensaje de intolerancia se ha difundido con rapidez en las redes controladas por la derecha española ante el caso del preso vasco Josu Uribeetxebarria. Incluso alguna señora, portavoz de una asociación de víctimas, ha llegado a decir que está de acuerdo en que saquen de la cárcel a un preso enfermo, pero solo unas horas antes de que fallezca.

Este es el diapasón existente en amplios círculos de esa derecha. No podemos engañarnos. Quienes en su día decían que serían generosos una vez de que ETA dejase de matar, han desaparecido del escenario. Esos mensajes de concordía, dialogantes, favorables a un mínimo entendimiento, no tienen ningún recorrido actualmente. Lo que domina en ese ambiente neoconservador y ultramontano con perlas como las de Pedro José Ramírez, director de "El Mundo", sugiriendo el envío de tropas a Catalunya, como si se tratara de el último país árabe en conflicto y no de una "región" tan española como su Rioja natal.

La derecha intransigente y espúrea que padecemos en el Estado español bebe más de Ramiro Ledesma Ramos que de Ortega y Gasset, parece leer más a Giménez Caballero que a Josep Plá y debe más a José María Pemán que a Ruiz Jiménez. Su impronta mediática en emisoras como Intereconomía o 13 TV se mueve entre el trentino Juan Manuel de Prada, llorando bajo la lluvia entre tertulianos con clergyman, y el obispal Alfonso Merlos, entrevistando al anciano Blas Piñar para completar el obituario de Santiago Carrillo.

No tienen remedio. Incrustado en medio de esa vorágine, el mismísimo Rajoy parece un político de centro-izquierda cuando manifiesta que la ley no contempla que un preso muera en la cárcel. Esa mínima piedad que expresan sus palabras produce escándalo en los oídos de tanto fanático preconciliar, carente de autoestima, que rumia entre dientes la mayor crisis de España desde el 98, con una economía intervenida y la amenaza secesionista creciente en Euskal Herria y Catalunya.

Ante semejante panorama de decadencia, lo más listos de la clase hablan de que es hora de unirse en lo ecónomico, olvidando las guerras cainitas entre PP y PSOE, y en lo nacional abogan por una España federal que sujete al independentismo catalán y, de paso, al vasco. A buenas horas mangas verdes, señor Cebrián.

  
Estekak:

2012/09/19

Más allá de la huelga

Como es sabido, la mayoría de sindicatos y organismos sociales vascos, excepto CCOO y UGT, han convocado una huelga general de 24 horas para el próximo miércoles 26 de septiembre. Se trata de intentar poner freno a los múltiples recortes sociales y medidas económicas retrógradas que se están impulsando desde la Unión Europea, el Gobierno español y las administraciones autonómicas de Iruñea y Gasteiz. Será la quinta convocatoria de huelga general desde que se inició la actual crisis y todo indica que no va a ser la última.

Son tantas las razones que se reúnen en este momento para defender la necesidad de una huelga de estas características, que no tendría espacio en este artículo para referirme a todas ellas. Los ataques continuados que se han proyectado desde el poder han afectado a tantas y tan diversas áreas y sectores, que es prácticamente imposible que ningún ciudadano pueda salir indemne de los mismos. Las medidas implementadas han deteriorado las condiciones de vida de la gran mayoría social de Euskal Herria, la clase trabajadora. Y lo han hecho recortando derechos y prestaciones a trabajadores en activo, a trabajadores en desempleo, a pensionistas, a jóvenes, a estudiantes, en fin, al entramado social mayoritario.

Unas medidas que, para sonrojo de los gobernantes que las están ejecutando sin piedad, no han venido derivadas de la avaricia o la desenfrenada búsqueda de beneficios de trabajadores,    funcionarios y pensionistas, sino de la codicia y el afán de lograr la mayor plusvalía en el menor tiempo posible de los banqueros, inversores y especuladores que dan forma a eso que los medios se empeñan en disfrazar bajo el inocente apelativo de mercados. Por lo tanto, no existen excusas para hacer oídos sordos a una convocatoria bien fundamentada, seria y sostenida por un abanico plural de sindicatos y organismos sociales, amén del bloque soberanista de izquierdas en construcción.

Pese a ello, existen dos vías de crítica que conviene clarificar. Por un lado se encuentran aquellas personas que consideran que su participación activa en la huelga les supone una sensible merma en sus ingresos salariales. Es cierto, y más teniendo en cuenta la situación de crisis económica general que atravesamos. A estas personas les diría, no obstante, que en esta vida es importante el ejercicio de la solidaridad entre iguales. Es decir, que quienes ahora disponemos de un trabajo y un salario seamos conscientes de que hay miles y miles de trabajadores, especialmente los más jóvenes, que no disponen de trabajo ni de salario. Somos precisamente quienes estamos en activo los que tenemos ahora la posibilidad de protestar en forma de huelga. Los desempleados, por desgracia, no pueden parar porque carecen de empleo.

Otro argumento esgrimido por algunos ante la huelga del 26 de septiembre se centra en cuestionar la eficacia de la misma, aduciendo que una huelga de un día no es suficiente para detener los planes de los actuales gestores capitalistas. Dicen que habría que dar un salto adelante convocando una huelga general de varios días o incluso de una semana. Puede que seamos muchos los que podamos sintonizar con la teoría del argumento, pero la clase trabajadora vasca debe tener los pies en el suelo. Si ya es complicado convertir en éxito una huelga de 24 horas, ¿qué respuesta podría obtener la de una semana? No por querer lo máximo debemos obviar lo básico. Ya veremos en el futuro si es necesario endurecer el formato de la protesta. Pero lo que toca en este momento es conseguir que la jornada del 26 sea un triunfo de la mayoría social ante los continuados ataques a sus derechos.

Unos derechos conquistados en base al sacrificio de anteriores generaciones a lo largo de muchas décadas y que tenemos el deber de defender y preservar ante la batería de agresiones que están padeciendo. Existe una tendencia muy humana y comprensible que circunscribe las cuestiones globales al modo en que le afectan a uno de forma personal. El pensionista al que han impuesto el pago de medicamentos puede ser ajeno a la situación del inmigrante ilegal desplazado de la atención en los ambulatorios. El joven desempleado que ve recortada su ayuda tendrá poco que ver con el funcionario a quien han suprimido la paga de Navidad. Pero aunque no lo vivan así, todos ellos están siendo víctimas de una misma estrategia neoliberal, consistente en detraer parte del dinero que corresponde a las clases mayoritarias para ponerlo en manos de las minorías capitalistas que dominan el actual estatus quo.

Mientras no seamos capaces de vislumbrar lo que está sucediendo como una gigantesca transferencia de rentas a favor de los capitalistas, seremos incapaces de plantear una respuesta adecuada y conforme con el desafío planteado. La subida del IVA, el copago sanitario, los recortes en la enseñanza y en la Administración, el retraso en la edad de jubilación, la congelación de las pensiones y las demás medidas puestas en práctica forman parte de una estrategia global del capitalismo del siglo XXI. Una estrategia hasta ahora ganadora, ya que la izquierda no ha sabido por el momento dar una contestación contundente a la misma.

Ante esta catarata de recortes y medidas restrictivas de derechos, la izquierda política y social de este país no puede continuar a la defensiva. Debe implementar acciones en demanda de la supremacía de lo público sobre lo privado en todas las áreas, sean sanidad, enseñanza, transporte o servicios sociales. En demanda de una banca pública al servicio de las mayorías sociales y no de las elites empresariales. En demanda de unas relaciones laborales en las que se valoren los derechos de los trabajadores por encima de las ansías irrefrenables de beneficio de los patronos. Una izquierda política y social que sea capaz de plantar cara a los privilegios de la iglesia católica en materia de impuestos, en ayudas a sus colegios o en la inmatriculación de edificios. Una izquierda que demande sin rubor la eliminación de los gastos militares del Presupuesto, la drástica reducción de los gastos en cuerpos de seguridad armados o la supresión de ayudas al lobby energético-nuclear.

Más allá de la huelga del 26 de septiembre tenemos por delante un desafío aún mayor, consistente en estructurar un bloque social que ponga sobre el escenario los valores de la izquierda en toda su dimensión, sin disimulos, haciendo frente a la ofensiva ideológica que han orquestado durante estos años de crisis los sectores neoliberales que dirigen el entramado institucional, empresarial y mediático que gobierna el mundo occidental. El del 26 será un pequeño nuevo paso, puede que insuficiente en sí mismo, pero absolutamente necesario en el reto de construir un bloque social hegemónico que ponga fin al deterioro sociopolítico que se vive en Euskal Herria.

* Articulo publicado en el diario "Gara" [2012-09-18]

2012/09/13

Autonomías R.I.P.

Los estudiantes que consulten en su tableta las páginas de la asignatura de historia, allá por el año 2030, observarán en la lista de fechas significativas la del once de septiembre de 2012. Junto a la fecha un pequeño párrafo les indicará que en tal jornada se escribió el RIP del llamado estado de las autonomías del Reino de España, gracias a una gigantesca manifestación ciudadana convocada en Barcelona por la Asamblea Nacional Catalana.

Para entonces, el estado de las autonomías llevaba años en crisis, viviendo una agonía, y aquella demostración independentista lo acabó de rematar. El invento creado por la coalición de franquistas recauchutados y demócratas sobrevenidos que dio lugar a la llamada Transición, entendió que uno de los pilares de la misma, amén de la restauración monárquica, el olvido de los crímenes de la Dictadura y la preeminencia del Ejército en el texto constitucional, residía en el "café para todos". Es decir, como los pueblos vasco y catalán pedían un trato diferenciado, una autonomía avanzada, se disimulaba la concesión otorgando un trato similar a Murcia, Castilla-La Mancha o la misma conurbación madrileña.

Precisamente ha sido la presidenta de la misma, Esperanza Aguirre Gil de Biedma, la primera autoridad política del Estado que ha reconocido en público el objetivo del "café para todos", disolver entre el laberinto de autonomías las ansías de libertad nacional de Euskal Herria y Catalunya. Y además Aguirre ha confirmado el fracaso de la fórmula, añadiendo tras lo sucedido en la Diada que "habrá que replanteárselo todo".

La crisis económica que atravesamos ha sido un doble aliado en la rápida evolución de los acontecimientos. Por un lado ha puesto sobre la mesa la inviabilidad de la algarabía autonómica existente. Se han creado autonomías en territorios que nunca la habían exigido y que se hubieran contentado con una mínima descentralización administrativa. Por el otro se ha demostrado que Catalunya sale perdiendo en lo económico-financiero con el sistema fiscal actual, por lo que seguir financiando a Andalucía o Extremadura en base a los excedentes fiscales catalanes ya no es operativo. Porque los excedentes se han volatilizado y porque los catalanes han dicho, por fin, basta.

¿Cuál es la salida a este auténtico problema de Estado? A bote pronto, se me ocurren cuatro. La primera, descartable en primera instancia, es mantener el estatus quo, adelgazando las autonomías más artificiales, dotando al Senado de capacidad de decisión en asuntos autonómicos y firmando un pacto fiscal a la baja con Catalunya. Sería más de lo mismo.

La segunda, apuntada por los neofalangistas de UPyD, consistiría en la abolición de todas las autonomías para emprender un proceso de recentralización en el que todos los ciudadanos del Reino fueran iguales, se expresaran en castellano y cantarán puesto en pie el himno patrio con la letra de Pemán.

La tercera opción, más realista, consistiría en dibujar un nuevo mapa del Estado, de carácter plurinacional, en el que Euskal Herria, Catalunya, y quizás Galiza, tuvieran un alto grado de soberanía, especialmente en lo económico y lo cultural, mientras las  regiones perderían competencias, que volverían al Estado central y a las diputaciones provinciales. Dependiendo del grado de soberanía, se podría considerar al Reino como un estado federal o confederal.

La cuarta y última, como es obvio, dibujaría un mapa de la Península Ibérica en el que además de Portugal, asomasen los perfiles de España, Euskal Herria y Catalunya como estados independientes integrados en la Unión Europea, con iguales derechos y obligaciones, y relaciones diplomáticas mutuas.

A día de hoy se puede pronosticar que, descartadas las dos primeras opciones, si el Estado español es incapaz de abordar el proceso para llegar a la tercera solución, que creo que es incapaz per se, se verá en la tesitura de enfrentarse a la cuarta. Si es así, tan solo la utilización de la fuerza bruta impediría que se conformase el nuevo mapa ibérico.

La obligación de las fuerzas soberanistas vascas debe centrarse en poner todo de su parte para que caminemos hacia la opción de la independencia, sin hacer caso a los cantos de sirena que, sin duda, se lanzarán desde el Estado con la intención de frenar o al menos retrasar el proceso de emancipación nacional al que estamos abocados en los años venideros.

Estekak:

2012/09/10

Elecciones y electoralismo

Resulta sorprendente que en vísperas de una jornada de huelga general, los medios de comunicación de la CAPV tan solo pongan en sus principales escaparates los asuntos relacionados con las próximas elecciones autonómicas. Unos comicios que, aunque importantes, no van a ser decisivos para la historia de este país. Hemos pasado por muchas situaciones semejantes y, a día de hoy, ninguna de las elecciones anteriores ha resultado histórica, en el verdadero sentido que guarda la palabra.

Ahora bien, que no vayan a cambiar la historia no significa que las elecciones sean un mero trámite a cumplir. Existen asuntos a dilucidar en las urnas, sobre todo tras la decisión de la organización clandestina ETA de cesar en su actividad armada y de la reciente legalización del partido independentista Sortu.

Se va a configurar, en base al resultado de los comicios, un nuevo mapa electoral, más acorde con la realidad sociopolítica de la CAPV, si dejamos a un lado el escabroso tema de la abstención, al que nadie quiere hincarle el diente. Esto es, a partir de la noche del 21 de octubre, sabremos a ciencia cierta cual es la fuerza en votos de las cuatro principales expresiones políticas existentes: PNV, PSOE, PP y EH Bildu. Luego vendrán los pactos postelectorales, del alcance que sean, y la conformación de un gobierno autonómico. En su día hablaremos de todo ello.

Sin embargo, ahora es el momento de contextualizar en su justo término la importancia de los comicios. Se trata en primer lugar de unos comicios autonómicos, nacidos de la fórmula constitucional del café para todos surgida a la muerte del dictador Franco. Una fórmula hoy por hoy agotada y que deberá ser reformada o reeemplazada a medio plazo, para dar paso a una reformulación federal, confederal o a la independencia de las naciones ahora encarceladas en el Estado español.

Además de esto, son unos comicios que no abarcan a la totalidad del territorio vasco. No habrá elecciones en Nafarroa Garaia, ni en los territorios de Iparralde, pero tampoco podrán votar los ciudadanos de Villaverde de Trucíos, bajo administración cántabra, ni los de Treviño, bajo administración burgalesa.

Tratándose pues de unos comicios de alcance limitado en lo nacional y en lo institucional, no sería muy conveniente dar rienda suelta al electoralismo. Y cuando uso esa palabra no me refiero a las promesas de los políticos en campaña, casi siempre incumplidas posteriormente, sino a la creación de expectativas electorales desmesuradas. Si así lo hacemos, la resaca puede ser incómoda.

Es evidente que de acuerdo con el nuevo escenario que se va configurando, a trancas y barrancas, la izquierda independentista debe estar presente en la campaña, en buena lid con las demás ofertas electorales. Pero sería reconfortante que los mensajes lanzados se circunscribieran a los asuntos importantes que preocupan a la mayoría social de este país: la socioeconomía y la soberanía. Asuntos que, siendo diferentes, están íntimamente ligados cuando se trata de ofrecer salidas progresistas y serias a la crisis económica en la que nos han metido los gestores del capitalismo de la burbuja, la especulación y el pelotazo.

Es tiempo de dejar de lado discusiones interpartidistas, diálogos de besugos y demás entretenimientos de campaña para solaz de periodistas y analistas varios y de ofrecer, en cambio, propuestas de calado que lleguen a la ciudadanía con la frescura que debe representar la nueva coalición de la izquierda soberanista. Propuestas que enraícen con la mejor tradición de la izquierda europea, defensora de lo público ante lo privado, partidaria de una planificación económica compatible con la iniciativa empresarial y defensora de las conquistas sociales que se han logrado a lo largo del pasado siglo gracias a la lucha sin cuartel de la clase trabajadora y sus organizaciones sindicales más consecuentes.

Antes de todo ello, por supuesto, la primera tarea a realizar por los hombres y mujeres que conforman esa nueva izquierda soberanista sería poner toda la carne en el asador para que la huelga general del 26 de septiembre sea un éxito, en el sentido de que se concrete en un elemento de contención de la deriva de recortes sociales y económicos que protagonizan las administraciones central y autonómica, menoscabando los derechos de la mayoría social y trabajadora vasca.

Estekak:

2012/09/08

Gaur sei urte betetzen ditugu

Orain dela sei urte hasi nintzen blog honekin. Eta sei urte askotarako ematen dute, benetan. Denetarik idazten dut hemen, batez ere euskal politikari buruz. Hasieran entretenimendu bat bezala hartu nuen bloga, baina denboraren poderioz konpromiso batean bihurtu ziren nire azogeak.

Noizean behin uztea burutu nuen, baina beti jarraitzen dut aurrera. Arrazoia ez dakit, batzuk izango dira, ziur aski. Dena den, ondorioa argi dago. Hemen nago, idazten, nire gogoetak zabaltzen eta, azken finean, Euskal Herria hobe bat eraikitzen saiatzen.

Gure egoera politikoa asko aldatu da azken sei urte hauetan. Orain, orokorrean, ikuspegia askoz hobeto dago, dudarik ez. Egia da krisi ekonomikoak den dena nahastu duela, tamalez, eta herriaren aurpegian ez da agertzen irribarrea. Hala ere, ekonomiaren arazoaz aparte, urrats sendoak eman dira eszenatoki demokratiko baterantz, eta ez da gutxi. Hori bai, pauso sendoena ETArena izan da. Espainia eta Frantziako Gobernuak geldi geratu dira bidegurutze honetan eta horrela ezinezkoa da, bidea bete nahi bada.

Epe laburrean bi erronka dauzkagu arlo sozial eta politikoan. Lehena greba orokorra irailaren 26an. Euskal sindikatuek konbokatu dute, baina CCOO eta UGTek, oraingoz, ez dute erantzunik eman. Edozein kasuan arrazoi multzo bat dago grebara joateko eta, dirudienez, arrakasta handia lortuko du euskal sindikatuen deialdiak.

Geroago etorriko dira EAEko hausteskundeak. Beste pauso bat dira egoera konpontzeko. Kasu honetan sentsibilatate guztiak egongo dira hautestontzietan, aspaldiko partez. Hori da berri onena. Bigarrenez, zarata handia dago komunikabideetan hauteskundeei buruz. Eta ez du merezi. Azken finean, partzialak dira, ez nazionalak, eta autonomiaren mugak hor daude, batez ere krisi ekonomiko honetan.

Hori bai, datorren hauteskundeetan leia garrantzisua izango da PNV eta EH Bilduren artean lidergoaren bila. Bistan da PSOE eta PPek ez dutela aukerarik hauteskundeak irabazteko eta borroka garrantzitsuena bestea izango da. Testuinguru berri honetan, borroka armaturik gabe eta Sortu legal batekin, lehen round-a da, baina ez da izango azkena. Hurrengo hauteskundeek, piezak ahokatzeko lehenengo pistak emango dizkigute, seguru asko, baina ez behin betiko. 

2012/09/04

De héroes a mercenarios

Para Jon Odriozola

Fernando Llorente y Javi Martínez
Un análisis mínimamente objetivo podía prever el desenlace final. El fútbol dejó de ser un deporte el día que los seguidores del Lutxana o del Amaika centraron sus preocupaciones en el Athletic de forma exclusiva. Y donde escribo Athletic puede ir Osasuna, Real, Alavés o Aviron. Cuando yo era un chaval acudía con ilusión los domingos a la tarde a ver a mis ídolos del equipo del pueblo, el Garsa de Gordexola. Gentes de carne y hueso, trabajadores, agricultores, repartidores de cerveza, que entrenaban un día a la semana y el domingo se calzaban las botas para pasar un buen rato disputando la liga regional contra el Abanto, el Apurtuarte o el Arbuio.

Ahora la cosa ha cambiado un montón. Los chavales visten para ir a la ikastola la camiseta de Agirretxe o Susaeta, y si te descuidas la de Ronaldo, Falcao o Messi. Del equipo del pueblo o del barrio casi nadie se acuerda. Se ha engordado tanto el fenómeno del fútbol espectáculo que gente de bien acaba pidiendo un crédito rápido para sufragar los gastos del viaje a la final de Bucarest o Budapest, que de todo ha habido. Madres que nunca han acudido a San Mamés lucen la elástica con el 9 de Llorente y gritan desaforadas en la Plaza Elíptica, como si les fuera la vida en el envite.

Los medios de comunicación acompañan la ola social, porque se juegan audiencias y publicidades, y al final todo se convierte en una desmesura. Los seguidores del Athletic dicen defender la llamada filosofía del club, pero a escondidas sueñan con emular a los grandes equipos europeos y a sus rutilantes estrellas mediáticas.

Luego llega el verano y los jugadores franquicia del equipo amado actúan como lo que son, figuras de un deporte sobrevalorado. Lo importante para ellos no es defender los colores del equipo que les ha dado la gloria, sino jugar la Champions, la Eurocopa y, si se tercia, fichar por un equipo de campanillas como el Bayern o el Barça. Pretender que Martínez y Llorente funcionen como si fueran Larrauri y Ormaza es una ensoñación. El futbol es así. El Athletic juega en la Liga BBVA, no en la tercera división, y debe atenerse a las consecuencias.

Me hace gracia la actitud de algunos forofos que se desgañitan en Lezama gritando a los ahora malditos, llamándoles peseteros y mercenarios. ¿Es que el resto de la plantilla juega por diversión? ¿No cobran también unos suculentos sueldos y sus correspondientes primas? Me da que si no se van más jugadores es porque carecen de ofertas jugosas que llevarse a la boca.

Quienes todavía defienden un fútbol trufado de amor a los colores, desinterés por el dinero y fidelidad a prueba de bomba, no viven en el siglo XXI. La práctica totalidad de los futbolistas de elite, por no decir todos, juegan básicamente para hacerse millonarios. Sea en el equipo de su ciudad o región, o en el de la de al lado. Y si el Athletic fichó al Osasuna a un Javi Martínez juvenil por seis millones de euros no entiendo que ahora se queje porque se lo arrebaten a cambio de 40 millones. Al fin y al cabo es un defensa y ha resultado un buen negocio.

Martinez y Llorente han pasado de héroes a villanos en un par de semanas. Si es un error considerarlos héroes, cuando ganan al año tanto dinero, considerarlos ahora mercenarios es una sandez aún mayor. Si Llorente hubiera optado por firmar su renovación por 4,5 millones anuales la hinchada estaría encantada. Pero el jugador seria tan "mercenario" como ahora. ¿O es que el dinero que paga el equipo de Mazarredo no tiene el mismo olor que el del Madrid o el PSG?

No nos salgamos de madre por acontecimientos que tan sólo nos incumben en un plano sentimental. Que un jugador campeón del mundo cambie de equipo es tan natural como que un directivo de Euskaltel se vaya a Telefónica a cambio de más dinero y mejores expectativas profesionales. Puede no gustar, pero es la cruda realidad del capitalismo. Un poco de comedimiento nunca está de más, incluso en el fútbol.