2010/09/08

Ni pronto, ni tarde: a su tiempo


Son tantas las cosas que se pueden escribir sobre el último comunicado de la organización clandestina ETA y las reacciones suscitadas, que casi dan ganas de no hacerlo. Pero una especie de obligación con mis lectores me lleva a intentarlo.

Cualquiera que tenga un mínimo de conocimiento de política sabe que el tempo es una de las claves para avanzar en terrenos resbaladizos. La gestión de los tiempos es esencial a la hora de acertar. La misma acción, según el contexto en que se realice, puede tener consecuencias muy diferentes. En política, las cosas no hay que hacerlas ni demasiado pronto, ni demasiado tarde, sino a tiempo, en su tempo. Y desde que la izquierda independentista puso en marcha la estrategia basada en el documento "Zutik EH", todos los agentes institucionales y políticos que pretendían derrotarla, se han dedicado a hacer los deberes. En estas últimas semanas la cantinela de que una tregua de ETA no iba a ser suficiente, que ese tiempo ya ha pasado y que el Estado tan sólo moverá ficha tras el abandono definitivo de las armas, ha logrado sus frutos. La consigna periodística basada en el término "insuficiente" se ha extendido como la pólvora por las redacciones y ha sido muy difícil encontrar voces que matizasen semejante aseveración.

Lo de menos es el contenido del comunicado difundido por la BBC. En realidad, casi nadie lo lee en su integridad. Lo que queda son los titulares de prensa, radio, tv e internet, los editoriales y columnas y poco más. La izquierda independentista debería saber que eso es así y que las limitaciones que padece en materia informativa/mediática, en un momento clave como éste, cercenan en buena medida su margen de actuación.


Hoy mismo el ministro de Gobernación, Pérez Rubalcaba, ha expresado en Radio Euskadi con enorme claridad la posición del Estado español al respecto: o ETA echa la persiana o Batasuna se separa de ETA, a la que acusa de pertenecer en términos de subordinación. Las reiteradas referencias a la sentencia del Tribunal de Estrasburgo explican la importancia que se le ha dado a dicha resolución. Mientras no se dé alguna de esas dos premisas, la izquierda independentista no recobrará su estatus legal y, por lo tanto, no podrá concurrir a las elecciones. Más claro, agua.

De todo ello se deduce que el interés central del Estado -Zapatero también lo ha expresado con rotundidad- es que el anuncio del cese de actividad armada por parte de ETA quede amortizado al momento. De ese modo, la presión volvería a estar enfocada sobre la organización clandestina, que debería realizar otro movimiento en un futuro más o menos inmediato. Recordemos que las elecciones municipales y forales se convocarán para mayo de 2011. Por el contrario, la presión para que el Gobierno dé pasos en la descomprensión del contencioso, como el acercamiento de presos o la propia relegalización, quedaría de nuevo congelada.

A modo de acotación habría que decir que si ETA hubiera anunciado el contenido de su comunicado a la vez que tomaba la decisión de cesar en su actividad armada, se habría ganado un tiempo precioso y el Estado no hubiera tenido tanta ventaja a la hora de preparar la campaña de desactivación. En todo caso, las cosas son como son y ETA ha anunciado el día 5 de septiembre de 2010 ese cese de actividades, que no es un alto el fuego ni una tregua, sino algo distinto, que ya veremos como evoluciona. Es curiosa la reacción del presidente del PSE-PSOE, Jesús Eguiguren, afirmando que la ausencia de fecha de caducidad hace más interesante que no haya más comunicados, porque "estaríamos eternamente en tregua".

Pero no vale llamarse a engaño. Ni Eguiguren es la voz del PSOE, ni Joseba Egibar la del PNV. Esas voces son, hoy por hoy, las de Zapatero y Urkullu y es a ellos a los que se debe escuchar con atención en estos temas. Lo demás está bien, pero puede calificarse de anecdótico.

A partir de este momento queda esperar la realización de nuevos pasos. Teniendo en cuenta que nos encontramos en un proceso unilateral, es evidente que la iniciativa deberá seguir estando en la izquierda independentista, entendida ésta de la manera más amplia.Y será la correcta gestión del tempo la que contribuya a que los pasos que se den resulten resolutivos y, a ser posible, irreversibles.

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