2010/03/26

¿A quién temen?

Se veía venir. Las estrambóticas declaraciones de Jaime Mayor Oreja, ex ministro de Gobernación con Aznar y conocido admirador de la placidez del régimen franquista, han acabado este viernes con la puesta de largo de la nueva vuelta de tuerca a la Ley de Partidos. La existencia de alcaldías en manos de electos de ANV o la ratificación por el Tribunal Supremo español de la candidatura europea de Iniciativa Internacionalista parecen hitos inasumibles para un Estado español cada vez más engorilado.

El PSOE y su líder Rodriguez Zapatero, siguen estando a merced del sector más intransigente del PP. Critican de boquilla las declaraciones de Mayor Oreja pero acto seguido presentan una reforma legal para cumplir precisamente con los deseos del extremista eurodiputado. En el fondo, no quieren que se les enfade y le dan comida jurídico-policial para que se esté calladito otra temporada. Es este el verdadero nivel de la "democracia española", expresión que va a tenerse que poner en cuarentena de aquí en adelante. Si alguien dijo que el título de aquel viejo diario carlista El Pensamiento Navarro era una contradictio in terminis, ahora habrá que señalar que eso mismo le ocurre a la definición de "democracia española". Si es democracia, no es española, y si es española no es democracia.

El movimiento de fondo que ha realizado la izquierda independentista en base a una decisión unilateral les está empezando a poner nerviosos. Es cierto que no sólo a ellos, también a algunos dirigentes de Aralar, que deberían mirarse lo suyo, tras haber publicado en el diario Gara el inexplicable artículo Paz vasca. Pero centrémonos en el Gobierno español.¿A que se debe este pretendido endurecimiento de la ya de por sí antidemocrática Ley de Partidos? ¿A qué tienen miedo Rubalcaba y Mayor Oreja?

Cualquier observador de la realidad vasca medianamente inteligente sabe del miedo atroz que guardan estos personajes a la posibilidad de que se levante un bloque soberanista y progresista en Euskal Herria. Un bloque que ponga todas sus fuerzas en la lucha ideológica, institucional y de masas, que trabaje por la independencia sin violencias ni injerencias externas. Ese proyecto que se dibuja con nitidez en el documento "Zutik EH" es lo que más temen estos aprendices de brujo del PSOE y del PP.

Del enemigo el consejo. Continuar la dinámica agotada de los últimos tiempos es ponerles en bandeja la victoria. Por lo tanto, todos los esfuerzos deberían confluir en alimentar el proceso democrático y acumular todas las fuerzas soberanistas e independentistas posibles en esa dirección. Si se hace así, ninguna Ley de Partidos, por reforzada que esté, podrá detener las ansias de cambio de ciclo político que anidan en este pueblo.

ESTEKAK:

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