2009/07/01

Estado de necesidad


La sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos con sede en Estrasburgo, que habrá que respetar desde la absoluta discrepancia, resulta cuando menos chirriante. La preservación de los derechos políticos de una parte importante de la ciudadanía vasca ha quedado supeditada a razones de seguridad del Estado harto discutibles. Ni la no condena de las acciones violentas, ni la coincidencia en determinados objetivos políticos puede acarrear la proscripción de todo un sector de la población, alegando para ello un ambigüo "estado de necesidad" que vale igual para un roto que para un descosido.

Es más, si nos ponemos estupendos, podemos decir que determinados dirigentes del PSOE guardaron una inteligencia de intereses con los GAL y evidentemente que más de un dirigente actual del PP fue ccooperador necesario en crímenes franquistas que han quedado, hasta el día de hoy, impunes. Por lo tanto, si la norma es de obligado cumplimiento, que se extienda a otros actores políticos, y en caso contrario, que a nadie afecte.

Personalmente guardaba escasas, por no decir nulas, esperanzas en el alto tribunal. La Europa de los intereses es demasiado coherente como para dejar que se le cuelen entre sus muros enrejados un puñado de gentes -para ellos gentuza- dispuestos a poner en entredicho las bases fundamentales del actual sistema político-institucional. Hasta ahí podíamos llegar.

Ni Madrid ni París están por la labor del respeto de los derechis humanos en general, como norma universal, sino que lo que ellos defienden son los derechos de los poderosos, que también son humanos, pero menos. La cantinela de que Europa es una fortaleza democrática e incorruptible está bien como argumento de un thriller de acción, pero no cuela bajo un mínimo análisis de situación. El cortijo circense del ducce Berlusconi es la mejor prueba de que es el poder económico quien marca las pautas. A quienes nos situamos en el otro lado de la barricada tan sólo nos esperan padecimientos. Esa es la ley que rige hoy por hoy en Euskal Herria.

Y claro está, aparte de lamentarnos por la decisión judicial, algo habrá que hacer, dirán algunos. Efectivamente, algo habrá que hacer, y probablemente será algo novedoso que deje a un lado viejas fórmulas que se antojan, a la luz de los acontecimientos, como inservibles. Y digo inservibles, que viene a ser sinónimo de ineficaces. Por lo que si se pretende poner en valor una fórmula eficaz para caminar hacia el objetivo soberanista, se deberán despejar las actuales incógnitas. Al final, se valore como se valore la situación, va a recaer en las espaldas de los de siempre la responsabilidad de desatascar el escenario. Yo no tengo recetas mágicas, ni en el fondo ni en la forma, pero intuyo que, entretanto, el tiempo corre a favor de quienes han ganado esta sentencia. Y ese es el dato más preocupante de todos. Ahí está, según mi opinión, el verdadero quid de la cuestión.

2 comentarios:

  1. muy afinado y certero, joxerra. Y no solo es el tiempo lo que corre a su favor, sino también cada nueva oportunidad frustrada, porque la desmovilización es su estrategia.

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  2. con tantas animaladas como esta haciendo, han ido a por lo simbolico solamente,el tiempo me parece que corre a nuestro favor, es decir a favor de los que han perdido la sentencia, porque ya sabemos a quien representa este tibunal..

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