2008/11/30

Retrato de familia

Suceden estos días cosas interesantes en torno al PNV. Siempre se ha dicho que más que un partido era un movimiento, incluso una gran familia. Por lo tanto es legítimo que la familia, de vez en cuando, acuda al fotógrafo a hacerse un retrato que quede para la posteridad (al menos de esa familia).

Una buena foto es la de Josu Jon Imaz en la Fundación Buesa. Este hombre no ceja en su empeño de cambiar los aires abertzales por los sureños. Lo hacía siendo presidente del EBB, con su famosa transversalidad, luego en Estados Unidos, tal vez estudiando a Obama, luego fue el salto a Petronor de la mano de sus amigos catalanes y ahora lo de la fundación. Recuerda bastante la trayectoria de Joseba Arregi, por no mentar a Emilio Guevara.

La siguiente instantánea pertenece al lehendakari Ibarretxe, un hombre que se crece entre empresarios, tal vez buscando acomodo para cuando deba abandonar Ajuria Enea. En cada acto empresarial, el último en la Cámara de Araba, se desmelena elogiando la titánica tarea de estos héroes, que no sólo se enfrentan a la globalización y a la crisis financiera, sino que le plantan cara a ETA con un ánimo incombustible. Si en el acto está el Borbón padre o su previsible heredero, no importa. Al revés, más realce para los empresarios. Y dicen que este es el político que iba a hacer una consulta revolucionaria. Qué risa.

Una tercera foto nos la brindó el diario ultraderechista "El Mundo". En ella aparecía Joseba Egibar saliendo (o entrando, no me acuerdo) de la sede del PP de Amara, en Donostia. Acudía el líder independentista a recabar apoyos del partido de Rajoy ante la decisiva asamblea de la Kutxa (con minúsculas). Patético. Ahora bien, no se crean que no lo intentó también con la izquierda abertzale, aunque en esta ocasión mediante llamadas telefónicas. El soberanismo (de cartónpiedra) en su laberinto.

Quedan otras fotos, como las de las Federaciones deportivas apoyando a sus amos con la polémica Euskadi-Euskal Herria, en la que por cierto no se ha oído la voz autorizada de José Angel Iribar (¿por qué será?). A falta de argumentos, se recurre a atacar y santas pascuas. Y de lo de Urkullu en Sukarrieta mejor no hablar. En La Moncloa no cesan de pasar el video. Deben estar acojonados ante el aviso a navegantes del líder jeltzale. Qué miedo que da cuando menta al Tribunal Constitucional y afirma que están dispuestos a desobedecerlo. Pues sería la primera vez en 30 años, porque seguro que Izaskun Bilbao no tarda dos segundos, como dijo Imaz, en colocar la bandera rojigualda en el mástil del Parlamento autonómico, no vaya a ser que la metan un puro y no pueda presentarse a las próximas elecciones. Dicen que será cabeza de lista por Bizkaia, casi nada.

En fin, que debemos de dejar al PNV con sus cosas y no empeñarnos en hacer de él lo que no es ni puede ser, como bien dice Arnaldo Otegi en entrevista en "Gara". Llevo años diciendo a mis amigos que si el PNV hubiera sido abertzale, soberanista o independentista, como se quiera, hoy en día la izquierda abertzale no existiría, o sería un pequeño grupo residual. Pero ya en 1958 unos jóvenes estudiantes se habían dado cuenta de que iba a ser que no, ... y hasta hoy.

2008/11/24

Que se vayan ya...




Foto: Blanca Aldanondo/Diario de Navarra



«Que se vayan ya los yankees/
de las Bardenas Reales/
que Navarra necesita/
regadío y cereales»
Joteras de Larraga


La persistencia por otros 20 años más del polígono de tiro de Bardenas Reales, en el extremo sureste de nuestro país, es un símbolo más de la falta de soberanía que padecemos. Después de tantas promesas incumplidas, tan sólo queda la resignación mayoritaria de quienes prefieren dinero en mano que ciento volando, y la pataleta del resto.

La luna de miel que viven UPN y PSN no es ajena al resultado final del asunto. Con los temas de Estado no se juega, parecen decir ambos socios, y por tanto, la solución viene rodada de la mano de unos millones de euros que se irán regando por la zona afectada como un maná que cicatrice las viejas heridas y las que puedan venir en el futuro.

Nos encontramos, en este caso sí, ante un comportamiento neocolonial, en el que la metrópoli madrileña trata a los congozantes como súbditos a quienes se compra en forma debida en cada ocasión que el convenio ha de renovarse.

Y ahora toca rezar para que no se dé ningún accidente en alguna de las miles de maniobras que el ejército de la OTAN realizará en una parte de nuestro suelo. Cuando vamos por ahí de viaje solemos sacar pecho, diciendo que somos un país moderno, que superamos la media europea en muchos parámetros socio-económicos y tonterías por el estilo. Lo que no decimos es que tenemos un polígono de tiro de la OTAN, que sigue funcionando una central nuclear obsoleta a escasos kilómetros de Gasteiz o que las obras del TAV van a cabar por destrozar buena parte de nuestras riquezas naturales. ¡Vaya que sí somos modernos!, pero en tanto que desarrolllistas y agresores del medio ambiente.

POSDATA: Por cierto que algún día habría que debatir sobre la recuperación de Bardenas, rescatándola, en la medida de lo posible, de la erosión que padece. Que la gente sepa que el estatus quo actual no viene derivado de una evolución natural, sino de la intervención del hombre, incluida la tala masiva de árboles que se produjo en tiempos del glorioso imperio hispano.

2008/11/21

Hemeroteka: «Euskal Herria una nación de todos y todas para todos y todas»

[Dado su indudable interés, recojo aquí la aportación realizada por Rafa Díez Usabiaga para el especial sobre la independencia que acaba de publicar, en su número 215, la revista "Herria 2000 Eliza"]


Rafa Díez Usabiaga

Independencia: alternativa para una democracia política y social


Euskal Herria es una nación negada pero en permanente pulso por su construcción. Apoyada en unas bases objetivas que le dan identidad propia (lengua, cultura, proceso histórico, lucha de resistencia...) se ha desarrollado una fuerte oposición a la asimilación forzosa de la hegemonía española y francesa y, una voluntad de constituirse políticamente como nación. Esta conciencia y reivindicación nacional ha tenido formulaciones políticas diferentes en función de cada contexto histórico.

Hoy, en un mundo globalizado económicamente y en permanentes recomposición por el ansia de reconocimiento y justicia de decenas de pueblos, la referencia independentista se sitúa para Euskal Herria como alternativa desde un primario reconocimiento nacional y respeto a la voluntad popular como cimientos básicos para que la sociedad, desde su pluralidad, determine el modelo de relaciones con ambos Estados y órganos supranacionales. En defensa de esa posición independentista quiero situar los principios que dan cuerpo a ese planteamiento.

a) La independencia: alternativa a vertebrar democráticamente

La independencia es una alternativa a lograr con la adhesión social mayoritaria. Su legitimación tiene que estar exclusivamente soportada en el aval social. Esta apuesta por "vías exclusivamente políticas" necesita indispensablemente de un marco democrático de confrontación de ideas y proyectos políticos. Espacio democrático que debe conformarse desde el respeto, sin injerencia e hipoteca alguna, de los Estados Francés y Español a la voluntad de la ciudadanía vasca. Cuestión ésta determinante para la superación del conflicto político violento que sigue sufriendo Euskal Herria.

El proyecto independentista que propugnamos, pues, parte de unos postulados democráticos, tanto en la forma de entender el sujeto político de la Autodeterminación, -personas que trabajan y viven en Euskal Herria- como en el respeto a las pluralidades internas y sus respectivos derechos individuales y colectivos. Es decir, no entendemos la identidad nacional vasca como algo excluyente y xenófoba, sino integradora y multicultural dentro de un proyecto común de soberania política para Euskal Herria.

b) El Estado Vasco: La independencia en un mundo interdependiente

Entendemos la Independencia como la creación de un Estado Vasco que participe como cualquier otro Estado-nación actual en el proyecto común europeo. Las instituciones vascas soberanas compartirán o harán cesión de soberanía al ente supranacional europeo, pero no compartirán o harán cesión de soberanía a los estados francés y español.

La independencia la situamos como parte de un proyecto europeo al que queremos aportar en calve de democracia real y justicia social. Esto quiere decir que Euskal Herria, desde el reconocimiento de su plena soberanía y poder institucional, acceda en pie de igualdad a las estructuras políticas supranacionales, reunidas en una federación o confederación de naciones y pueblos de Europa.

Por tanto, no queremos construir la independencia contra nadie, impulsando fronteras económicas y sociales insolidarias, sino que queremos que el Estado vasco -desde el respeto a la voluntad de sus ciudadanos- sea propulsor de un flujo económico, social y cultural desde la libertad y la cooperación. En una economía globalizada e interdependiente el Estado Vasco tiene que ser una garantía en la defensa de los intereses de la mayoría de la sociedad.

c) Estado Vasco, democracia y universalismo

La independencia es una reivindicación que aporta un valor al funcionamiento democrático, a la solidaridad y al universalismo. La constitución de un Estado vasco no significa, en absoluto, el impulso de tendencias arcaicas ni el rechazo a los valores universales en lo político y cultural. Al contrario, desde el desarrollo de la identidad nacional y cultural vasca nuestra aportación a lo universal y viceversa resulta mucho más eficaz. Rechazamos, pues, los discursos que, desde conceptos de modernidad y universalismo, se dedican a vilipendiar los derechos y aportaciones socioculturales de las realidades nacionales o indígenas oprimidas.

En el mismo sentido, la soberanía de las instituciones vascas profundiza la participación democrática de la ciudadanía en sus decisiones políticas y económicas. Si el Derecho de Autodeterminación es un fundamento de la democracia, su ejercicio permite a colectividades nacionales asumir niveles de participación y aportación en su desarrollo democrático.

d) La independencia, la cohesión social y la solidaridad de clase

La reivindicación de la independencia y la voluntad de construcción nacional no significa en absoluto, desde nuestra posición de clase, la insolidaridad con los explotados y oprimidos de otras nacionalidades y pueblos del mundo.

Nacionalismo emancipador e internacionalismo son conceptos complementarios. Construir la propia nación y ser solidario con otros países, y especialmente con sus trabajadores y clases populares, forma parte de la teoría y praxis de la izquierda abertzale. Las críticas planteadas tradicionalmente desde la izquierda política y sindical española, considerando que el nacionalismo vasco limita la toma de conciencia de clase en el marco estatal, que los espacios económicos amplios son más idóneos para la construcción del socialismo o que las pretensiones de construir una pequeña nación ante la existencia de la UE es un anacronismo, además de ser falsas, han alimentado las posiciones neofranquistas.

El despreciar o rechazar el peso que tiene el universo nacional vasco (simbólico, mítico, cultural, lingüístico, político...) en la conformación de la conciencia de clase es, a mi entender, reaccionario y contraproducente, y así lo ha demostrado la realidad: el ámbito estatal no ha propiciado una mayor unidad, conciencia y organización de la clase obrera.

e) El Estado Vasco y el cambio social

Desde la aceptación de a necesidad de interrelación económica con las demás naciones y pueblos de Europa, la independencia de Euskal Herria, fuera de toda vocación autárquica y aislacionista y con la utilización de resortes económicos y productivos propios, será un activo positivo para organizar una gestión democrática y avanzar en un modelo social alternativo.

Frente a las tendencia de concentración económica e impulso de dinámicas desreguladoras en las relaciones económicas y sociales, la reivindicación independentista es un capital para la cohesión y solidaridad social.

El ultraliberalismo pretende desmantelar el Estado, desde el falso argumento de que frena el desarrollo económico y la competitividad. Esta pretensión esconde la voracidad del capital por conseguir nuevos espacios económicos para sus intereses, espacios libres y desregulados desde donde dirigir su expansión e incidencia económico-política.

Como vemos de forma irrefutable, el mercado dejado a su libre inercia crea grandes desigualdades, siendo fuente de explotación y pobreza. El papel del Estado es esencial para corregir los efectos perversos del mercado capitalista. En una Euskal Herria sin materias primas y escasos recursos energéticos el sector público tiene que situarse como tractor de la economía, incentivador de una diversificación industrial desarrollando capacidades propias con impulso de la formación e innovación y, especialmente, garantía de cobertura y protecciones sociales básicas que permitan profundizar una auténtica democracia social y avanzar hacia el socialismo.

En definitiva, la referencia independentista, unida a la exigencia de una auténtica democracia social, tiene gran proyección y virtualidad como alternativa para vertebrar un espacio mayoritario de la sociedad vasca. Frente a "vasquismos" condicionados por la hegemonía español y francesa e ideológicamente situados como maquilladores del modelo económico vigente, frente a abertzalismos convertidos en mero cipayismo político y económico neoliberal, el planteamiento independentista y socialista, con sus diferentes estaciones tácticas, tienen que marcar la referencia para las generaciones en este siglo XXI. Es la hora de los pueblos y de la sociedad frente al neoliberalismo e imperialismo en todas sus formas y características.

[Revista "Herria2000Eliza", nº 215 año 2008]

2008/11/18

Euskadi versus Nafarroa

El lío que se ha montado acerca del nombre de la selección vasca de fútbol queda aclarado si el lector pincha la imagen que ilustra este breve comentario. El titular de la edición digital de Deia reza lo siguiente: El nuevo viaducto de Endarlatsa unirá Euskadi con Nafarroa. Los protagonistas de la foto, Miguel Sanz y Juan Jose Ibarretxe. Más claro, agua (del Bidasoa).

Ya hemos leído a Anasagasti y la cohorte de patriotas que han inflamado sus gargantas gritando Gora Euzkadi. Merecen todo mi respeto. Pero que no cambien el guión de la obra. El neologismo Euzkadi trataba de aglutinar a los territorios vascos, al Zazpiak Bat, por eso ETA, ELA o HASI lo utilizaban con normalidad. El problema surge cuando la autonomía a cuatro defendida por EAJ-PNV se queda en autonomía a tres y Nafarroa Garaia queda atada mediante el llamado Amejoramiento Foral.

A partir de ahí, la Comunidad Autónoma del País Vasco es denominada Euskadi, se habla del Gobierno de Euskadi y todo el poder institucional y administrativo queda reflejado como de Euskadi. Por lo tanto, fuera de ese ámbito y esa denominación quedan los territorios de Lapurdi, Nafarroa Garaia, Nafarroa Beherea y Zuberoa. Esa es la cuestión

La comprobación es bien fácil, cuando pregunto a mis hijos ¿qué es Euskadi? me responden que Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, si les pregunto por Euskal Herria, me hablan de los siete territorios. En sus cabezas no albergan ninguna duda al respecto.

Conclusión. Si la selección vasca de fútbol quiere ser algo más que una selección autonómica, como las de Murcia o Cantabria, tendrá que disputar los partidos bajo el nombre de Euskal Herria. Si lo que se pretende es seguir con el folklore navideño de todos los años, que se llame Euskadi. A mí me da igual. Ya no es una cuestión que me interese. Pero si hablamos de luchar por la oficialidad, no hay duda ninguna. Todo lo demás, incluidos los discursos de Egibar y Arzalluz, es pólvora mojada y ganas de enredar.

2008/11/14

La apuesta de EA


Eusko Alkartasuna ha dado un golpe de timón en su errática trayectoria de los últimos años, ha hecho autocrítica y parece dispuesta a contribuir a la construcción de un polo soberanista que rompa amarras con los estados español y francés. Me felicito por ello, aunque la postura de la ejecutiva de Gipuzkoa esté fuera de lugar, ya que enturbia con nuevas disidencias un cambio de alianzas que, en principio, puede dar sus frutos.

Quienes llevamos un tiempo observando la realidad de Euskal Herria conocemos las debilidades de Eusko Alkartasuna, casi desde su nacimiento, allá por 1986. Sabemos que ha existido una amplia distancia entre su discurso y su práctica cotidiana. Conocemos todo eso de sobra, pero también podemos decir que desde que Unai Ziarreta ha llegado a la presidencia de la formación, otro aire se desprende, más cercano a lo que uno estima que puede ser una estrategia independentista.

Queda por ver si este giro supone soltar lastre, quedarse sin alguna spiezas, sobre todo en Gipuzkoa, y especialmente, si va a llevar consigo dejar de estar siempre y en todo lugar junto al PNV. Tal vez sea ésta la última apuesta de EA, donde se juegue su futuro como formación independiente. Un fracaso en las próximas eleciones podria significar un punto de no retorno. Pero ante esa posibilidad, merece la pena valorar la postura adoptada por su ejecutiva, dispuesta a echar el resto y testar con los votos de los ciudadanos, de una parte de nuestro país, no lo olvidemos, la fortaleza del independentismo.

Coincidiendo con el cambio de postura de EA, la izquierda abertzale ha ofrecido su colaboración al partido que fundara Garaikoetxea, para realizar a futuro un trabajo en común, Alabo la iniciativa, por pragmática en tiempos de tanto fundamentalismo de uno y otro lado. Ya he escrito aquí sobre la virtualidad de una plataforma independentista que englobase desde la izquierda abertzale a EA, pasando por Aralar y otros colectivos dispersos, arropada socialmente por la mayoría sindical vasca. Sigo creyendo en esa posibilidad, pero para lograr aproximaciones todos tenemos que hacer los deberes. No voy a entrar en detalles, que tiempo habrá, pero a nadie se le escapa que mientras prosiga la crudeza actual del conflicto, poco avance se puede dar, si no es en lo meramente intelectual, pero no en la práctica política a pie de calle.

Es el país que tenemos y con estos mimbres hay que tejer el cesto. Puede que estos pequeños movimientos se queden en nada, pero también cabe la posibilidad de que sean el inicio de algo nuevo e ilusionante. La esperanza es lo último que se pierde, incluso en Euskal Herria.

2008/11/07

¿Y si Obama no fuera realmente tan negro?


La mercadotecnia puede hacer milagros. Que nadie lo dude. Puede conseguir, por ejemplo, que la gente piense que las principales vćtimas de la crisis financiera sean los banqueros, esos pobrecitos que han perdido millones de euros en un plis-plas. Esa nueva ciencia puede hacernos creer que lo único verdaderamente importante es que Barak Hussein Obama, hijo de keniano y estadounidense blanca, sea el primer afroamericano en llegar a la Casa Blanca. Es un dato relevante, pero no el decisivo. Sin embargo debo decir que la alegría manifestada por la población negra de USA por ese hecho, es también mi alegría. Hay que entender lo que supone que un mestizo -que no negro- como Obama vaya a ser el nuevo presidente en un país en el que hace pocas décadas la segregación racial era un hecho cotidiano.

Sin embargo, sobrevalorar el color de la piel de Obama no es una buena receta. Sus orígenes étnicos romperán moldes, es evidente, pero se trata de una persona forjada en la elite. Sus padres. ambos doctores, él en economía y ella en antropología, así lo demuestran. No es pues Obama un niño de barrio conflictivo, ni se ha fajado en la lucha antiracista. Su estatus social no se lo ha permitido. Por lo tanto, habrá que fijarse más en su programa y en su equipo para tener una idea aproximada de hacia dónde camina.

En cuanto al programa, no hay duda de que incorporará medidas que puedan beneficiar a parte de sus votantes, negros e hispanos, intentando hacer algo similar a lo que en Europa conocemos como Seguridad Social. Otra cosa es que lo logre. Habrá también medidas fiscales que ayuden a las familias de clase media y baja. O eso se espera. Pero su mayor trabajo será combatir la crisis. Su apoyo incondicional al plan anticrisis de George W. Bush no augura grandes sorpresas y seguro que no se va a convertir en el azote de Wall Street.

Respecto a su equipo, poco sabemos aún. El judío Rham Emanuel será su hombre de confianza. Un brillante soldado voluntario con Israel, hijo de sionista ruso, y con buenas relaciones con la banca de inversión. Izquierdista no parece ser este muchacho. Además, Obama tiende a recurrir a gente con experiencia que estuvo con Bill Clinton en el poder. Y Clinton ya sabemos lo que hizo. Más bien poco. Sobre los rumores de que contará con Colin Powell en Defensa, mejor no hablar. Simplemente dan miedo.

Habrá que esperar acontecimientos, pero su deseo de aumentar las tropas en Afganistán, sus dudas sobre la retirada de Irak y su falta de guiños hacia Africa no parecen los mejores augurios. Tal vez cuando se siente en el despacho oval deje de ser tan prudente y haga algo por el change que tanto ha prometido. Mientras tanto, esperemos que ese 50% de sangre negra que lleva en su venas se haga valer y nos ofrezca algo diferente, también a nosotros, los vasco-europeos de Euskal Herria.