2008/05/29

¿Comprarías un coche usado a Ibarretxe?


Ya tenemos las dos preguntas. Ahora sólo nos falta conocer las dos respuestas o las múltiples respuestas que se pueden dar. Es un asunto peliagudo, incluso para gente que sepa leer y posea un nivel de inteligencia elevado.

El caso es que, aparte del dilema de las preguntitas, que daría para mucho, lo verdaderamente decisivo es establecer si la iniciativa de Ibarretxe, al alimón con Azkarraga y Madrazo, va en serio y hasta las últimas consecuencias o por el contrario se trata de una nueva puesta en escena para epatar al electorado de cara a los próximos comicios.

Como no tengo pruebas a favor o en contra, me guiaré por la experiencia. Y diré, sin acritud, que el partido de Santoña, de los "Servicios", de los "Berrocis" y de Ardanza, no va a ser capaz de llevar el asunto adelante. Es más, me temo que se trata de una representación por todo lo alto, que culminará con unas elecciones autonómicas en las que el gancho fundamental de la campaña jeltzale será que Madrid no acepta la mano tendida por el lehendakari.

Sospecho además, que existe algún tipo de pacto no escrito entre la Moncloa y Sabin Etxea (Zapatero/Urkullu) por el que los dos polos realizan sus respectivos papeles sabiendo que la sangre no llegará al río. Cada uno jugará sus bazas con esmero y la única X a despejar será quién de los dos ocupa la poltrona de Ajuria Enea, si Patxi López o el candidato del PNV, que no tiene porque ser de nuevo Ibarretxe.

Entretanto, harán ver a la gente que se llevan rematadamente mal, que unos defienden la unidad de la patria española y los otros la soberanía vasca. Pero al final, se entenderán, como buenos socios que han sido en tantas otras ocasiones.

Ese es, para mí, el desarrollo del proceso de aquí a las elecciones de la CAV. Ahora bien, lo inmediato será la votación en el Parlamento de Gasteiz, qué postura tomará cada partido en la misma y hacia dónde se dirigirá la estrategia de unos y otros durante el verano y el otoño.

Y voy al titular de este comentario. Yo no le compraría un coche usado a Ibarretxe, por supuesto que a Patxi López tampoco. Con ello quiero decir que no me creo las buenas intenciones del lehendakari en este asunto. Ello no obsta para que comprenda que, ante la votación de finales de junio, la única postura que puede adoptar la izquierda independentista sea la de dar el sí al proyecto de consulta. Eso sí, exigiendo seguidamente que se lleve a cabo la consulta con todas las consecuencias, aunque sea declarada ilegal por Madrid. Cuestión aparte es qué consigna de voto se emitiría en el caso hipotético de que la consulta se hiciera efectiva el 25 de octubre.

Mejor ocasión que ésta para realizar un gesto colectivo de desobediencia civil no vamos a tener en años. Se trataría de desbordar al PNV desde la coherencia soberanista, mediante el acuerdo con otros sectores como ELA y EA, si estos agentes se muestran dispuestos a hacer ese viaje de una vez por todas.

Posdata: Probablemente todo esto sea un mal sueño de una noche de mayo, pero ahí queda.

4 comentarios:

  1. Kaixo:

    Bastantes veces desde la Izquierda Abertzale se le ha pedido a Ibarretxe cuáles serían los pasos que estaría dispuesto a dar tras el presumible portazo vía Tribunal Constitucional desde Madrid. No suelta prenda porque no tiene ni quiere tener nada previsto.

    Desde EHAK habría que presentar una pregunta o iniciativa parlamentaria que marcara los pasos a dar tras la prohibición de la consulta; no tendría que hacerse en clave maximalista, sino en la línea que tú aportas: desobediencia civil, enfrentamiento democrático con el estado, acumulación de fuerzas soberanistas, pero con el objetivo claro de realizar la consulta. ¡Que se retraten los jeltzales!

    En función de la decisión del tripartito sobre esta iniciativa EHAK debiera tomar su decisión para el pleno del 27 de junio.

    Nota bene: une latz hauetan, nire agurrik beroena. Animo, Joxerra!

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  2. Efectivamente, la aprobación de la propuesta de Ibarretxe en el parlamento tendría la virtud de generar dos retratos. Por un lado, aunque nada novedoso, la calidad democrática del Estado español, que muy previsiblemente prohibiría la consulta. De otro, y en relación con lo anterior, el retrato jeltzale, que correría a la convocatoria electoral, mostrando su incapacidad intrínseca para confrontar democraticamente con el Estado.

    Pero aún es más, se abrirían contextos de oportunidad política para ahondar en esos retratos si somos capaces de vertebrar un movimiento social con una clara reivindicación: un ejercicio de soberanía, de desobediencia civil, ante la prohibición del Estado. Una labor que habría que trabajar desde ya y en la que el sindicalismo abertzale tiene un papel fundamental. Efectivamente, Joxerra, mejor oportunidad que esta difícil.

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  3. Pues sí, complejo y peliagudo asunto. Desde que tengo conciencia política siempre he creído que lo mejor para el pueblo vasco era la independencia. A su vez, esto planteaba los muchos problemas que todos conocemos, y que básicamente se formulaban en base a la territorialidad de una nación dividida, así como a la disposición democrática de los vascos de los distintos lados de las distintas mugas a plantear fórmulas de convergencia que se pudiesen traducir en proyectos políticos. Parecía que éste era el camino, centrífugo y centrípeto a la vez, que sería el germen de un estado vasco, o cuando menos, de una estructura política diferenciada de la española y de la francesa.
    Pero en los últimos tiempos, y cuantas más vueltas le doy al asunto, he llegado a conclusiones muy distintas y me planteo problemas muy diferentes en torno a la ansiada independencia.
    Ha llegado un momento en el que el tema de Navarra, el de Iparralde, los impedimentos que podrían venir de Alaba, etc. han pasado para mí a un segundo o tercer plano y en realidad, lo que más me preocupa es la actitud de ETA y sus satélites políticos en todo este asunto.
    Y lo digo porque, yo que no iría con ellos ni a por tabaco, mucho menos me iba a embarcar en un proyecto soberanista y estatalista con esta gente.
    En otras palabras: me están arrebatando mi derecho a reclamar democraticamente la independencia. Aquí ya no vale la peliculita de todos somos vascos. Aquí hay unos malos -muy malos- y otros que, por distintas razones, quieren hacerlos buenos.
    Como la maldad y la locura de los etarras y secuaces es tan envidente, yo estaba convencido de que, más temprano que tarde, llegaría un momento en que se convirtiesen en un movimiento residual, absolutamente testimonial y mínimo, pero veo con pesadumbre que ese momento no llega. Por muy evidente que sea su locura, por más que toda su estrategia carezca de sentido, ellos siguen en lo mismo y, aunque sin conseguir nada, mantienen un porcentaje de población que nos sería imprescindible para conseguir la independencia.
    Así pues, cambio mi postura:
    independencia, sí, claro, simepre y cuando no aparezca para nada ningún sicópata ni sus secuaces. En ese caso, me empadrono en Murcia.

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