2007/05/15

Los cerezos de J.M. Bravo

Cada día que pasa aumenta la gravedad de las irregularidades perpetradas en la delegación de la Hacienda Foral en Irun. Cuatro imputados, 5 millones de euros decomisados por el grupo encabezado presuntamente por José María Bravo, la dimisión de su hermano senador, Víctor, y como corolario provisional, la sombra de la sospecha sobre una Administración autonómica regida durante demasiados años por el mismo partido político, unas veces en solitario, otras en coalición con PSOE o EA.

Todos estos acontecimientos no son una excepción a un intachable comportamiento jelkide, sino un capítulo más de un rosario de sucesos, del que podría ser el más escandaloso, junto al protagonizado por el jefe de Inspección de la Diputación de Bizkaia, Juan Ramón Ibarra. Tampoco debemos olvidar el reciente caso Jauregi, ni el affaire Urnietatel, en el que otro flamante senador jeltzale (y ex miembro del EBB), Joxi Lizeaga, fue obligado a dimitir. Su hermana y alcaldesa de Urnieta, a igual que el concejal de infraestructuras, ambos del PNV, también abandonaron sus cargos precipitadamente, por unos hechos que todavía siguen pagando los ciudadanos de Urnieta.

La construcción de un chalet en la Reserva de Urdaibai por el ex lehendakari José Antonio Ardanza, es otra muestra del "estilo" jelkide, basado en los hechos consumados y la prepotencia. esperemos, por el bien del país, que no se produzcan más hechos de este tipo, pero me temo que la propia condición de las cosas desembocará en más de lo mismo.

De todos modos, todo lo referido a la trama que encabeza José María Bravo, siempre presuntamente claro está, puede ser un buen ejemplo del "egin behar dugu" que preside la campaña de EAJ. Un modesto funcionario de Hacienda, al parecer favorecido por su hermano jefe para entrar en la delegación de Irun en 1990, ha acumulado en pocos años apartamentos en Marbella y residencias en el valle del Jerte, se presume que rodeadas de cerezos, y un bonito póker de soeciedades, junto a su mujer y allegados más cercanos.

"Hay que hacer" nos dice Markel Olano, con camisa y corbata, desde las vallas publicitarias. En un principio era Jon Jauregi el destinado a ocupar ese "hay que hacer", pero su afición a coleccionar viviendas y su pereza fiscal (similar a la de Maite Moneo, esposa de Luis Brandrés, por cierto), fue su perdición política. Está claro que Joseba Egibar, la gran esperanza blanca del abertzalismo de orden, no sabe escoger colaboradores. Víctor Bravo y Jon Jauregi pesan ya demasiado al lider jelkide, que se desfoga acusando a la izquierda abertzale de ensañarse con su querido PNV. ¡Y yo que pensaba que quien se estaba ensañando, contra la izquierda abertzale por supuesto, era su gran amigo Josu Jon Imaz!

En fin, visto lo visto, parece inevitable que el señor Bravo, don José María, no pueda disfrutar el año que viene de sus cerezos del Jerte. Aunque conociendo el ritmo somnoliento que lleva la Justicia en estos escabrosos casos, hasta igual la primavera que viene recoge algunas cerezas en su modesta finca de recreo, siquiera disfrutando de la libertad provisional.

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