2006/09/11

11-S

Recuerdo perfectamente aquel 11 de septiembre. Tenía catorce años y el ejército chileno, comandado por el general Pinochet, acabó con la vía al socialismo de Salvador Allende. La imagen de Allende, pertrechado de chaleco antibalas y empuñando una metralleta, sigue siendo un buen retrato de la dignidad frente al fascismo y la intolerancia. Pinochet, aún con vida, retrasó ¿para siempre? aquella novedosa vía de la izquierda. ¿Queda otra?

Ahora nos bombardean con el aniversario de otro 11-S, el de New York y Washington. Ahí comenzó la Guerra Popular Prolongada contra el "terrorismo" global. Aquella tarde, en medio del desconcierto general y algún "viva" a los que habían hecho daño a los yankis, pronostiqué que el ataque traería consecuencias nefastas, incluso para la lucha vasca. Y así ha sido. Quien no quiera verlo que siga ciego. Estados Unidos es la mayor máquina de terror del planeta y cuando se enfada puede causar mucho dolor. Está enfadada desde hace cinco años y no parece dispuesta a sentirse saciada de su odio "antiterrorista". Seguirá atacando y destruyendo allá donde lo considere necesario, como ya lo ha hecho en Irak o Afganistán. Quienes sueñan con su decadencia pueden esperar sentados.

No hay comentarios:

Publicar un comentario